Estados Unidos busca retomar sus negociaciones con Pionyang sin retirar las sanciones económicas que pesan sobre el régimen hasta que éste se desnuclearice, reiteró este viernes en Seúl el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper.
Washington "mantendrá su determinación sobre la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hasta que el Norte se comprometa a una completa, verificable e irreversible desnuclearización", recalcó Esper al inicio de una reunión con el ministro de Defensa surcoreano, Jeong Kyeong-doo.
"Como el presidente (Donald) Trump ha dejado claro, EE.UU. tiene voluntad de dialogar diplomáticamente con Corea del Norte para hacer progresos sobre todos los compromisos realizados en la declaración conjunta de Singapur", dijo Esper en alusión a la primera cumbre entre el líder de EE.UU. y el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Para ello, Esper coincidió con su homólogo surcoreano en que es necesario mantener una cooperación estrecha, y en un comunicado conjunto los jefes de Defensa reafirmaron "su compromiso de apoyar sus esfuerzos diplomáticos para la desnuclearización completa de la península de Corea y el establecimiento de una paz duradera".
En un encuentro posterior con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, el máximo dirigente del país asiático transmitió a Esper la necesidad de reforzar el diálogo nuclear entre Washington y Pionyang mientras se consolida la alianza con Seúl.
El jefe del Pentágono, que compartió momentos del encuentro en sus redes sociales, calificó la reunión de "muy productiva" y dijo que la alianza entre sus países es "fundamental para apoyar los esfuerzos diplomáticos en curso y disuadir la agresión".
El secretario de Defensa estadounidense también expresó su deseo de que las negociaciones con Pionyang se reanuden próximamente.
El diálogo entre EE.UU. y Corea del Norte llevan en punto muerto desde que la segunda cumbre que Trump y Kim mantuvieron en Hanói en febrero terminara abruptamente y sin acuerdo.
Pese a que los dos mandatarios protagonizaron un tercer encuentro desenfadado en la frontera intercoreana en junio en el que se comprometieron a retomar el diálogo, no está claro cuándo sucederá, sobre todo después de que Pionyang realizara repetidos ensayos con nuevos proyectiles de corto alcance en las últimas semanas.
El régimen ha calificado los lanzamientos como una protesta y "advertencia" por las maniobras castrenses conjuntas que Seúl y Washington llevan a cabo desde principios de esta semana, y que Pionyang considera una provocación y una amenaza para su seguridad.
Ni Estados Unidos ni Corea del Sur mencionaron públicamente esta protesta del Norte durante sus encuentros de hoy, y se limitaron a hablar sobre los ejercicios desde un punto de vista técnico.
Aludiendo a los mencionados lanzamientos y otros incidentes, como la incursión de aviones rusos en espacio aéreo surcoreano y el contencioso comercial y diplomático de Seúl con Tokio, el ministro surcoreano de Defensa subrayó la importancia de la visita de Esper "en un momento muy urgente en términos de seguridad" para el país.
Pese a la tensión entre Tokio y Seúl, que ha llevado a Corea del Sur a replantearse el mantenimiento de un acuerdo bilateral sobre el intercambio de información militar, el presidente Moon y Esper hablaron sobre la importancia de mantener la cooperación trilateral y acordaron resolver el conflicto, aunque no entraron en detalles.
Además de con su homólogo surcoreano y con el presidente Moon, el secretario de Defensa estadounidense mantuvo un encuentro de una media hora con la ministra de Asuntos Exteriores, Kang Kyung-wha, con quien conversó sobre "intereses comunes" en una región Indo-Pacífico "libre y abierta", según reveló Esper en Twitter.
El jefe del Pentágono, que abandonó Corea del Sur tras los encuentros, visitó el país en el marco de una gira por la región, la primera desde que asumió el cargo a finales de julio, y que también incluyó paradas en Australia, Nueva Zelanda, Japón y Mongolia.