Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció este miércoles el cierre temporal de su hospital en el poblado chabolista de Cite-Soleil debido al deterioro de la situación de seguridad en Haití en los últimos días, dentro del ya grave contexto de crisis que padece el país.
"Expuesta a un alto riesgo de seguridad, Médicos Sin Fronteras se ve obligada a cerrar su hospital de Cite-Soleil", declaró la ONG en un comunicado.
La violencia se extiende de forma muy preocupante desde el pasado 28 de febrero en todos los distritos de la capital haitiana, con la población atrapada en el fuego cruzado entre bandas armadas y sin más remedio que huir de sus hogares.
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"Estamos viviendo los efectos de la guerra a pocos metros de nuestras instalaciones. Nuestro hospital no ha sido un objetivo directo, pero hemos sido una víctima colateral de los combates, ya que el hospital se encuentra en primera línea" de fuego en la lucha de las bandas por controlar el territorio, declaró Vincent Harris, integrante de MSF.
La organización afirmó que no puede garantizar la seguridad de su personal y sus pacientes tras los enfrentamientos extremadamente violentos que se están produciendo entre grupos fuertemente armados a escasos metros del recinto hospitalario.
Se han encontrado varias balas perdidas dentro del hospital y el acceso se ha vuelto casi imposible para los pacientes, algunos de los cuales han resultado heridos en los enfrentamientos que se registran en los alrededores del recinto hospitalario.
"Somos conscientes de que el cierre de este hospital perjudicará gravemente a los habitantes de Cite-Soleil, pero nuestros equipos no pueden trabajar hasta que se garanticen las condiciones de seguridad", prosiguió el responsable de la ONG.
Al menos 60 personas murieron entre el 24 de febrero y el 4 de marzo y 50 están desaparecidas a causa de los enfrentamientos entre dos coaliciones de grupos armados que luchan por el control del territorio en Puerto Príncipe, el G9 y el GPEP, según un balance provisional de la ONG Reseau National de Defense des Droits Humains (RNDDH).
Además, en la última semana se registraron decenas de secuestros, entre ellos de estudiantes, padres de alumnos e incluso de personas que se encontraban en sus propias casas.
Este deterioro de la situación se produce después de meses marcados por un recrudecimiento de la crisis socioeconómica y política en Haití, una espiral de violencia y la reaparición del cólera, que ya ha causado cerca de 600 muertos en el país desde octubre pasado.
Todo ello llevó al primer ministro haitiano, Ariel Henry, a pedir en octubre del año pasado el envío de una fuerza extranjera, sin que la comunidad internacional haya dado una respuesta concreta.