Por Rafael Cañas
La repetición de las elecciones en España mantuvo este domingo el panorama de bloqueo político, con otra victoria sin mayoría absoluta del Partido Socialista (PSOE) y un fuerte aumento del apoyo al ultraderechista Vox, que fue el tercer partido más votado.
Los resultados muestran un mapa político endiablado, con 19 partidos en el Congreso (350 diputados), en el que ni el bloque de izquierda, con 158 diputados, ni el de derecha (151) podrán alcanzar la mayoría absoluta, lo que abre un complejo período de difíciles negociaciones y más incertidumbre.
El PSOE del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, obtuvo 120 escaños en el Congreso, con un 28,00 % de los votos, frente a los 123 diputados de las elecciones de abril.
Después de que no lograra forjar un acuerdo de Gobierno con los izquierdistas de Unidas Podemos, Pedro Sánchez fracasó en estos comicios en su intento de lograr una victoria más contundente que la de abril para tener la legitimidad suficiente para gobernar en solitario.
Además, el PSOE perdió la mayoría absoluta en el Senado, cuyo control es importante para la aprobación de leyes presupuestarias o para retirar poderes a los gobiernos regionales.
"AHORA SI O SI"
A pesar de estos resultados, el líder socialista prometió a sus seguidores tras conocer los resultados que "ahora sí o sí vamos a conseguir un gobierno progresista", aunque sin dar pistas de cómo intentará forjar acuerdos de gobierno.
Sánchez sí hizo "un llamado" a los demás partidos para que actúen "con responsabilidad y con generosidad para desbloquear la situación política en España".
El conservador Partido Popular (PP), se mantuvo en segundo lugar al lograr 87 diputados (20,81 %), con una destacable recuperación respecto a los 66 de abril, que fueron el peor resultado de su historia.
El líder del PP, Pablo Casado, consideró que Sánchez "es el gran derrotado" de estas elecciones repetidas, ya que el líder socialista "ahora va a tener mucho más complicado" lograr una mayoría de Gobierno.
"España no puede esperar más" tras varios años de gobiernos minoritarios y bloqueos políticos, recalcó Casado, si bien tampoco aclaró cuáles podrían ser las posibles salidas.
EL AUGE DE LA ULTRADERECHA
Pero la gran novedad es el fuerte aumento de la ultraderecha de Vox, que se convierte en la tercera fuerza parlamentaria con 52 diputados (15,09 %), y un importante despegue desde los 24 diputados que consiguió en abril.
Este aumento es "la mayor gesta política" de la democracia española, aseguró el presidente de Vox, Santiago Abascal, ante sus exultantes seguidores, ante los que se comprometió a mantener su programa frente a independentistas, izquierdistas y feministas.
España, que hasta abril no tenía parlamentarios de extrema derecha al contrario que en otros países europeos como Alemania, Francia o Italia, entra de lleno ahora en este fenómeno.
IZQUIERDA TOCADA Y LIBERALES HUNDIDOS
El cuarto lugar es para la coalición de izquierda Unidas Podemos (UP) con 35 diputados (12,84 %), y un descenso desde los 42 escaños de las anteriores elecciones. Más País, una nueva formación producto de una escisión de UP, logró tres diputados.
Un desplome catastrófico fue lo que sufrió el partido liberal Ciudadanos (C’s), que cayó hasta 10 diputados y el 6,79 % desde los 57 escaños de abril.
C’s, que era el tercer partido en el Congreso, es ahora la sexta fuerza parlamentaria, incluso por detrás del partido independentista catalán de izquierda ERC.
Precisamente los partidos independentistas catalanes mantienen su importante representación en el Parlamento español, con 23 de los 48 diputados de la región entre tres partidos, entre los que entra por primera vez la formación antisistema CUP (dos diputados).
Ante la falta de mayorías para los bloques estatales de izquierda o derecha, los partidos independentistas, nacionalistas o regionalistas pueden tener la clave de la mayoría parlamentaria, salvo que haya algún tipo de pacto transversal entre los partidos nacionales.
UNA ESPAÑA FRAGMENTADA
El Congreso que sale de las cuartas elecciones que ha vivido España en cuatro años será aún más fragmentado, con legisladores de 19 formaciones políticas, frente a las 13 que consiguieron representación en las elecciones de abril.
Incluso logró un diputado una pequeña agrupación electoral en la provincia de Teruel, la segunda menos poblada de España, con un programa basado en defender la difícil situación de los territorios rurales y de montaña.
La participación bajó dos puntos respecto a las elecciones de abril, hasta el 69,87 %, algo que los analistas atribuyen al cansancio de los ciudadanos tras la falta de acuerdos tras los comicios del 28 de abril, que causó las cuartas elecciones desde diciembre de 2015.