Una cuarta parte de los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) mueren a ocho años del diagnóstico, dijo en un comunicado el neumólogo Marco Polo Macías.
"Es por ello que actualmente la Epoc es considerada un importante problema de salud pública que requiere esfuerzos encaminados a la prevención, pero también a la disminución de los factores de riesgo como exposición al humo de tabaco y de leña", dijo el experto en el marco del Día Mundial de esta enfermedad.
El especialista en broncoscopía señaló que los principales factores de riesgo de esta enfermedad son el tabaquismo, la exposición al humo de leña y el envejecimiento poblacional.
Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 251 millones de personas con Epoc.
Se prevé que las muertes por Epoc aumenten en los próximos 10 años, convirtiéndose en la tercera causa mundial de muerte, a no ser que se reduzcan sus factores de riesgo, en particular el consumo de tabaco y la contaminación atmosférica.
Este padecimiento afecta a 7,9 % de los mexicanos.
Macías, quien también es gerente médico respiratorio de la empresa GSK México, detalló que esta enfermedad se caracteriza por dificultad para respirar, tos crónica y producción de flema, síntomas que empeoran gradualmente, especialmente la falta de aire.
"En un principio esto se asocia al esfuerzo, pero con el tiempo aumenta hasta aparecer incluso sin actividad física alguna", dijo el especialista.
Macías detalló que es de vital importancia el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado, ya que este padecimiento causa incapacidad física que limita sus actividades cotidianas e implica altos costos de tratamiento.
Actualmente, señaló, existen opciones terapéuticas basadas en esteroides inhalados y broncodilatadores de larga duración que demostraron una reducción de hasta 25 % en el riesgo de exacerbaciones moderadas y 34 % de exacerbaciones graves.
Dicho tratamiento, agregó, además de la significativa reducción en las exacerbaciones de los pacientes, reduce la mortalidad en un 42,1 % en comparación con terapias duales