Cada año se diagnostican tres millones de casos de escoliosis y nadie sabe por qué la espalda de algunos niños empieza a torcerse al llegar a la pubertad, pero un estudio sugiere que puede estar vinculada con la incapacidad del cuerpo para usar todo el manganeso de la dieta y tener una base genética.
Un estudio de la Facultad de Medicina de Washington que publica hoy Nature Communications señala que niños con escoliosis severa "tenían el doble de posibilidades" de portar una variante genética "que dificulta que sus células tomen y usen el manganeso", necesario para el crecimiento de huesos y cartílagos.
La autora principal del estudio, Christina Gurnett, explicó, en un comunicado, que el estudio "vincula" la escoliosis "con algo que es potencialmente modificable en la dieta".
Sin embargo, precisó que eso que no quiere decir que "la gente salga ahora mismo y empiece a tomar suplementos de manganeso" porque se sabe que un exceso de este compuesto "puede ser dañino".
Los casos de esta enfermedad suelen agruparse en familias, pero no de manera simple, lo que sugiere que muchos genes juegan un pequeño papel en el aumento del riesgo de sufrirla.
Los expertos analizaron los genes de 457 niños con escoliosis severa y de 987 sin la enfermedad y encontraron una variante del gen SLC39A8 en solo el 6 % de niños sanos, pero en el 12% del resto.
De igual forma se constató, en un segundo análisis a 1.095 niños sanos y 841 con escoliosis moderada, que este segundo grupo tenía el doble de posibilidades de ser portador de esa variante.
Como parte del estudio, los investigadores criaron peces cebra con un gen SLC39A8 desactivado, lo que se hizo que los animales desarrollaron anormalidades del esqueleto, incluidas curvas en la espina dorsal.
Aunque este gen no fue muy estudiado, hay informes que apuntan a que ayuda a las células a absorber minerales como el zinc, el hierro y el manganeso.
El equipo descubrió que las células humanas con esa variante genética eran capaces de absorber el zinc y el hierro, pero no el manganeso y que los niños con escoliosis tenían niveles "significativamente" más bajos de manganeso en la sangre, aunque dentro del rango normal.
Gurnett consideró que "quizás" habría que "empezar a pensar en estudiar tratamientos nutricionales para algunos niños en riesgo" de sufrir escoliosis.
El manganeso es tanto una mineral esencial como una toxina que en altas dosis puede causar manganismo, una enfermedad neurológica permanente, y también se vinculó a males como el parkinson o la esquizofrenia.
Por eso, cualquier suplemento de manganeso debería medirse de manera cuidadosa para evitar un aumento del riesgo de sufrir otras enfermedades serias, advirtieron los expertos.