El presidente de EE.UU., Donald Trump, visitó hoy lunes por sorpresa el monumento al reverendo Martin Luther King Jr. para rendirle homenaje por su defensa de los derechos civiles y su labor para lograr el derecho efectivo al voto de los afroamericanos.
La visita no figuraba en la agenda oficial del mandatario, en la que no aparecía ningún evento público para el Día de Martin Luther King Jr., festivo en EE.UU.
En su visita, Trump y el vicepresidente, Mike Pence, se mantuvieron por un momento de pie frente a la estatua de granito de Luther King, que se ubica muy cerca del Monumento a Lincoln, donde en 1963 el reverendo pronunció su famoso discurso "I have a dream" (Tengo un sueño).
Después de ese momento de silencio, el mandatario se acercó a los periodistas y dijo: "Buenos días a todo el mundo, un gran día, un precioso día. Gracias por estar aquí, lo valoro".
Poco antes, en un solemne mensaje en Twitter, el presidente recordó el legado del activista: "Hoy celebramos al doctor Martin Luther King, Jr. por defender una verdad que es evidente y que los estadounidenses valoran mucho, que no importa el color de nuestra piel o el lugar de nuestro nacimiento, todos hemos sido creados iguales por Dios".
Trump durante su visita ignoró las preguntas de los periodistas sobre el cierre parcial administrativo, que hoy cumple 31 días; y en Twitter se dedicó a arremeter contra los demócratas.
"¡Los demócratas hicieron campaña diciendo que trabajarían en Washington y "lograrían terminar las cosas!. ¿Cómo está funcionado?", criticó el mandatario.
El 25% de las agencias gubernamentales se encuentran cerradas debido a desacuerdos entre la Casa Blanca y los demócratas sobre la asignación de fondos para el muro dentro del presupuesto federal.
El sábado, Trump ofreció a los demócratas extender dos programas migratorios cancelados por él mismo, el DACA y el TPS, a cambio de financiación para el muro en la frontera con México; una propuesta que ha sido rechazada por los líderes demócratas del Congreso.
El plan de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) sirve para frenar la deportación de unos 700.000 indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños; mientras que el Estatus de Protección Temporal (TPS) beneficia a más de 430.000 inmigrantes, de los cuales unos 350.000 son centroamericanos.