Donald Trump declinó este miércoles responder a las preguntas de la Fiscalía General de Nueva York, que investiga al expresidente estadounidense por las prácticas empresariales de su compañía y que lleva meses tratando de lograr hablar con él.
Obligado por un juez, Trump finalmente acudió a testificar, apenas dos días después de que agentes del FBI registraron su propiedad de Mar-a-Lago, en Florida, como parte de una investigación federal no relacionada sobre si tomó documentos clasificados cuando dejó la Casa Blanca.
En Nueva York, el magnate se enfrenta a una investigación por vía civil sobre posibles delitos cometidos por la Organización Trump, que estudia en concreto si la empresa infló el valor de sus bienes para poder obtener préstamos bancarios y en paralelo redujo ese mismo valor con la intención de pagar menos impuestos.
En un comunicado, Trump volvió a defender este miércoles su inocencia y a calificar estas pesquisas como una "caza de brujas políticamente motivada" por parte de la fiscal general de Nueva York, Letitia James (demócrata y negra), a la que la noche del martes acusó además de "racista".
"Bajo el consejo de mi abogado y por (otras) razones, me negué a responder las preguntas sobre los derechos y privilegios otorgados a todos los ciudadanos en virtud de la Constitución de Estados Unidos", escribió el republicano.
Trump hizo lo que en el país se conoce habitualmente como invocar la Quinta Enmienda de la Constitución, que permite a un investigado guardar silencio para evitar incriminarse a sí mismo.
"Una vez pregunté: 'si eres inocente, ¿por qué invocas la Quinta Enmienda?' Ahora sé la respuesta a esa pregunta", dijo Trump en su comunicado, apuntando que no le quedaba "otra opción" ante lo que considera un ataque "sin fundamento" y "político" que está afectando a su familia y a sus negocios.
"Si me quedaba alguna duda, el registro de mi casa, Mar-a-Lago, por el FBI el lunes, sólo dos días antes de esta comparecencia, eliminó cualquier incertidumbre. No tengo absolutamente ninguna opción porque la Administración actual y muchos fiscales en este país han perdido todos los límites morales y éticos de la decencia", insistió.
Sin embargo, inicialmente la intención del expresidente era responder a las preguntas de los fiscales, según uno de sus abogados, Ronald P. Fischetti, que aseguró al diario The New York Times que sólo en el último momento el equipo legal logró convencerlo para que no lo hiciera.
Trump, sentado frente a la propia James, contestó únicamente a una pregunta sobre su nombre al inicio de la reunión y luego leyó una declaración en la que decía ser víctima de "la mayor caza de brujas en la historia" de EE.UU., según dijo Fischetti.
A partir de ahí, se limitó a contestar: "Misma respuesta" ante todas y cada una de las preguntas durante las casi cuatro horas que pasó en la sede de la Fiscalía.
Horas antes, dejó escrito en su red social Truth que lo sucedido lo hacía sentirse en una "república bananera".
La investigación que lidera James lleva ya varios años y, según las últimas señales, podría estar por fin en su fase final.
Tres hijos del expresidente -Eric, Donald Jr. e Ivanka- ya habían sido entrevistados por la oficina de James por su papel en el negocio familiar.
Trump, mientras, peleó con uñas y dientes en los tribunales para no tener que testificar ni entregar documentos personales en el marco de este proceso, pero finalmente fue obligado por la Justicia, que llegó a imponerle multas por no cumplir con lo dictado.
En principio, y según lo que ha trascendido durante el proceso, si la Fiscalía presenta una demanda será para acusar a la compañía de Trump de inflar de forma fraudulenta el valor de sus propiedades a la hora de obtener préstamos bancarios.
Aunque esta investigación es por la vía civil, la Fiscalía del distrito de Nueva York tiene abiertas pesquisas penales por los mismos motivos, un proceso que se ha visto frenado en los últimos meses, pero que puede recobrar vida en función de lo que ocurra en este caso.
Hasta ahora, en el marco de esa investigación, los fiscales neoyorquinos han presentado cargos contra la Organización Trump y contra su jefe financiero, Allen Weisselberg, a quienes se acusa de una trama de años para ayudar a los ejecutivos de la firma a evadir impuestos.
El caso es sólo uno de la amplia lista de frentes legales que tiene abiertos el político republicano mientras sigue alimentando casi a diario las expectativas de una nueva candidatura a la Casa Blanca para los comicios de 2024.