Donald J. Trump | Foto: EFE/EPA/JUSTIN CASTERLINE
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, invitó a sus homólogos de China, Xi Jinping, y Rusia, Vladímir Putin, a trabajar de forma conjunta para poner fin a la escalada armamentística que llevó a Washington a gastarse la "locura" de 716.000 millones de dólares en Defensa este año.
"Estoy seguro de que, en un futuro, el presidente Xi y yo, junto con el presidente Putin de Rusia, comenzaremos a hablar de una significativa interrupción de lo que se ha convertido en una importante e incontrolable escalada armamentística. EE.UU. se gastó 716.000 millones de dólares este año. ¡Una locura!", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
En un segundo mensaje, el mandatario estadounidense aseguró que mantiene una "relación muy fuerte y personal" con su homólogo chino y consideró que Xi y él mismo son las "dos únicas personas" que pueden generar un cambio "muy positivo" en materia de comercio internacional y "mucho más".
I am certain that, at some time in the future, President Xi and I, together with President Putin of Russia, will start talking about a meaningful halt to what has become a major and uncontrollable Arms Race. The U.S. spent 716 Billion Dollars this year. Crazy!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 3, 2018
Por último, Trump aludió a las negociaciones con Corea del Norte, que tienen por objetivo convencer a Pionyang de que abandone su programa nuclear, y sostuvo que el éxito de estas conversaciones sería también positivo para Pekín.
"Una solución para Corea del Norte es una gran cosa para China ¡y para TODOS!", sostuvo el presidente.
Estas declaraciones se producen después de que durante el fin de semana Trump y Xi mantuvieran una reunión bilateral en el marco de la cumbre de líderes del G20 celebrada en Buenos Aires.
Este encuentro sirvió para escenificar una tregua comercial entre los Gobiernos de EE.UU. y China, que llevaban varios meses enzarzados en una creciente tensión que se plasmó en la mutua imposición de aranceles.
El sábado, Trump accedió a suspender durante 90 días su plan de subir al 25 % los aranceles estadounidenses a cientos de productos chinos, y abrió una ambiciosa e incierta negociación con China sobre su política económica.
