El presidente de EE.UU., Donald Trump, celebró este viernes la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de no autorizar la apertura de una investigación sobre supuestos crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en Afganistán por tropas estadounidenses, talibanes y autoridades del país.
"Esta es una gran victoria internacional, no solo para estos patriotas sino también para el Estado de derecho", señaló el mandatario en un comunicado, donde hizo referencia a los "militares y profesionales de los servicios de Inteligencia" estadounidenses que han participado en el conflicto.
El texto agrega que EE.UU. impone los "más altos estándares legales y éticos" a sus ciudadanos y subraya que Washington nunca ha comulgado con la misión de ese tribunal.
"Desde la creación de la CPI, Estados Unidos ha declinado reiteradamente sumarse a la corte por sus amplios poderes fiscales, carentes de una responsabilidad superior; la amenaza que representa para la soberanía nacional; y otras deficiencias que le privan de legitimidad", apuntó.
No es la primera vez que el mandatario estadounidense carga contra este tribunal.
En septiembre del año pasado, Trump sostuvo en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que la CPI "no tiene jurisdicción, legitimidad ni autoridad".
La reacción del presidente se produce después de que la CPI anunciara este viernes su decisión de rechazar la investigación solicitada por la Fiscalía para examinar supuestos crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados en Afganistán por todas las partes implicadas.
Washington se había opuesto enérgicamente a esta investigación hasta el punto de que el pasado 15 de marzo el secretario de Estado de EEU.UU., Mike Pompeo, anunció que rechazaría la concesión de visados de entrada al país a cualquier persona de la CPI implicada en este proceso.
Trump volvió hoy a amenazar con "una respuesta vigorosa" contra cualquiera que intente juzgar a personal estadounidense, israelí o de algún otro país aliado.
El Gobierno del expresidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) decidió retirar al país en 2002 del Estatuto de Roma, carta fundacional de la CPI.