La ley del aborto de Irlanda del Norte, que restringe el acceso de las mujeres a esta práctica médica, viola la convención de Derechos Humanos del Reino Unido, según dictaminó este jueves una sentencia del Tribunal Superior británico.
La mayoría de los magistrados señalaron que la legislación vigente en Irlanda del Norte es incompatible con las normas que protegen los derechos humanos en casos de anomalías fetales y delitos sexuales.
La justicia se pronunció así sobre el caso presentado por la norirlandesa Sarah Ewart, a quien se le negó la terminación de su embarazo en 2013 pese a que los médicos le comunicaron que el feto no sobreviviría fuera del útero.
Ewart se trasladó a Inglaterra para abortar y, desde entonces, ha liderado una campaña para tratar de que se cambiase la legislación y que su caso sirviese como ejemplo del trauma que muchas mujeres atraviesan cuando padecen anomalías durante el embarazo.
En declaraciones a los medios tras conocerse la sentencia, la demandante dijo que se trata de "un punto de inflexión para las mujeres" en su campaña contra "las leyes obsoletas".
Miembros de la asociación antiabortista "Precious Life" se concentraron a las puertas de la corte para protestar contra lo que consideraron una sentencia injusta.
"Es un día muy triste porque la corte ha negado el derecho a la vida de los niños no nacidos", afirmó la representante de este grupo Bernie Smyth.
La legislación sobre el aborto en Irlanda del Norte solo permite terminar el proceso de gestación si la vida de la mujer está en riesgo o si existe la posibilidad de daños permanentes y graves a su salud mental o física.
Es así muy diferente a la ley que existe en Gran Bretaña y se aplica en Inglaterra, Gales y Escocia, donde sí se ampliaron los supuestos en que se lleva a cabo esta práctica médica.