En el mundo actual la imagen es el mayor capital, primero conectas y luego afianzas tu comunidad en introduces tus mensajes de valor, la imagen es vital para la supervivencia y desarrollo de una marca, es uno de los esenciales de los bienes intangibles, sin ella no hay conexión eficiente con el público meta.
En ese sentido "No se trata, cómo se hacía hasta ahora, de gestionar para los públicos, sino de gestionar la comunicación tal y como los públicos se comunican. Lo importante ya no es comunicar pensando en el público, sino siendo público" (Túñez-López et al, 2018).
La comunicación estratégica consiste en una serie de pasos sistémicos encaminados a cumplir los objetivos de una organización, no solo en el ámbito comunicacional, sino también operativo, con resultados que permanezcan en el tiempo y vayan más allá de un producto, se trata de reputación.
En este sentido, “La imagen de la empresa es la representación mental, en el imaginario colectivo, de un conjunto de atributos y valores que funcionan como un estereotipo y determinan la conducta y opiniones de esta colectividad” (Joan Costa, 2006).
¿Cómo puedes gestionar la imagen con un enfoque estratégico?
Lo primero parte de una reflexión profunda donde definas, cuáles son los puntos fuertes de tu marca, para qué comunicas, a quien te diriges, cómo planificas la comunicación, es decir, cuál ha sido hasta ese momento tu dinámica de trabajo, cómo funciona la proyección de la imagen (eficiencia, inversión, respuesta).
Hacerte consciente de todos los recursos de los que dispones y las potencialidades de cada uno, será clave para poder configurar tus metas de comunicación.
En segundo lugar, tener una noción profunda del estado de la comunicación de tu institución es básico para aprovechar al máximo los recursos, e identificar las oportunidades de mejora, para ello la acción clave es la investigación.
La misma debe estar enfocada no solo en la percepción del producto, servicio o la experiencia de usuario que brindas, sino también en los recursos humanos con los cuentas, su auto conocimiento del rol ocupan en tu organización, si están alineados o no con tus objetivos estratégicos, su dominio de las responsabilidades a su cargo.
Esto te permitirá hacer los ajustes necesarios para optimizar el flujo de trabajo y proyectar la mejor imagen posible, por igual, es esencial cuidar los canales de comunicación interna, pues la información es una materia prima básica de una gestión encaminada a metas claras y funcionales.
Como último punto, te planteo el dilema de la intención versus la planificación, una vez que conoces todos los elementos de la ecuación, debes crear un plan de comunicación alineado con los objetivos, tomando en cuenta los canales online y offline.
La intención no es suficiente, tener un buen plan es un esfuerzo vacío si no se lleva a cabo con disciplina y vigilancia del proceso, aprovecha las herramientas y funcionalidades de cada medio, y haz mediciones de resultados, en función de esto realiza ajustes contantes.
¿Aplicas algunas de estas estrategias? Cuéntanos tu experiencia.
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