La rotura de mano sufrida por el base Stephen Curry en el partido de este miércoles ante los Suns de Phoenix es un nuevo golpe para las aspiraciones de los Warriors de Golden State, que tampoco pueden contar con Klay Thompson, lesionado en las pasadas finales.
Los Warriors confirmaron la rotura a la espera de nuevas pruebas médicas que determinarán si es necesario pasar por el quirófano.
A ocho minutos y medio del final del tercer cuarto, con los Suns en franca ventaja de 83-54, Curry hizo una entrada por la izquierda y atacó la canasta entre el alero Kelly Oubre Jr, que le seguía, y el pívot australiano Aron Baynes, que le esperaba parado en la zona.
Curry saltó entre ambos y el contacto le hizo caer de cabeza; apoyó las manos y en ese instante se le vino encima del brazo izquierdo Baynes, de espaldas, que le aplastó la mano. Baynes mide 2,08 m y pesa 118 kilos.
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Curry se quedó tendido en la cancha unos segundos con gestos de dolor y luego se incorporó ayudado por sus compañeros. Con sonrisa de circunstancias, se encaminó hacia los vestuarios y poco después el club informó de la rotura de la mano izquierda.
Los Warriors perdieron el partido por 110-121. En el primer cuarto los Suns acumularon una ventaja de 14-43 de la que el equipo californiano no logró recuperarse.
Una victoria y tres derrotas es el balance de los Warriors en este comienzo de temporada.
Su principal baja hasta ahora -además de la marcha de Kevin Durant a los Brooklyn Nets- era la de Klay Thompson, que se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda en el sexto partido de las finales de 2019, en las que los Warriors cayeron ante los Raptors de Toronto.