Las sobrevivientes de cáncer de mama y las pacientes con esta enfermad en etapa de metástasis deben recibir tratamientos adicionales con enfoques terapéuticos que las ayuden a mejorar su calidad de vida, dijo hoy un especialista.
"Sin embargo, esta práctica, lamentablemente, no está ampliamente difundida o generalizada entre los equipos de salud", señaló en un comunicado el doctor Sergio Zúñiga.
El especialista explicó que la dieta y el ejercicio son factores clave del estilo de vida y que estos deberían ser prescritos por un equipo multidisciplinario en todas las sobrevivientes de cáncer de mama o con desarrollo de metástasis.
Zúñiga, quien es académico de la Universidad del Valle de México (UVM), refirió que existen ensayos clínicos que enfatizan la importancia del asesoramiento nutricional, la funcionalidad del paciente y la calidad de vida.
Estos estudios, detalló, reiteran el cambio abrupto en el panorama de las mujeres supervivientes con cáncer de mama metastásico, sobre todo en sus últimos cinco años.
"De ahí que surge la necesidad de tener directrices claras para enriquecer o aumentar la calidad de vida de estos pacientes", aseveró.
El especialista expresó que se debe considerar que muchas mujeres que padecen o sobreviven al cáncer de mama luchan con los efectos secundarios del tratamiento, incluido la pérdida de peso, funcionalidad en las actividades de la vida cotidiana u otras más exigentes.
"De modo tal que, si estos cambios pueden mejorar la carga de los síntomas e influir en la anhelada calidad de vida de manera positiva, podemos decir que se ha cumplido en buena parte con el tratamiento integral de las pacientes sobrevivientes al cáncer de mama", comentó Zúñiga.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo cada año se detectan 1,38 millones de casos nuevos de cáncer de mama y consecuentemente ocurren 458.000 muertes por esta enfermedad.
Mientras que según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Latinoamérica anualmente se registran 596.000 casos nuevos y más de 142.000 muerte por este padecimiento, el cual es la segunda causa de muerte por tumores malignos en mujeres de la región.