Una vez, en el inicio, alguien miró e identificó. Luego, a lo que identificó lo transformó en referencia. Referencia primero para él, luego la hizo común a los demás en un acto de comunicación básica. En estas acciones podríamos decir que el ser humano, arrojado al mundo, hace una aproximación al espacio que le rodea y lo relaciona a tres nociones fundamentales para entender la Arquitectura y luego a la ciudad: espacio, lugar y territorio.
Al hacer esto, partiendo del espacio que lo abraza naturalmente (el espacio encontrado), construye y da inicio a la noción de paisaje. El paisaje es una forma de entender, de definir lo que miramos y deviene en uno de los elementos más importantes en la idea que nos hacemos sobre la existencia humana.
Arquitectura y ciudad se nutren de una relación natural con el paisaje y el clima. El paisaje como contenedor cultural del segundo, el clima.
Caminemos una vez más en los espacios en donde usted habita. Veamos al menos tres: el barrio en el que vive, su lugar de trabajo y su casa.
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En su barrio, ¿se ha fijado en ese árbol que está allí, al cual mira cada vez que camina, las aves que anidan en él y su contraste con el cielo y los edificios?, ¿hace calor?, ¿desea su sombra? Al dar respuesta a estas preguntas debe reconocer que está haciendo dos cosas: habitando el barrio y el paisaje. El árbol, primero le aparece como una imagen, luego le proporciona sombra, es un lugar. En su barrio probablemente habrá más cosas: calles, parques, más edificaciones, habitantes, un perro callejero, etcétera; todos forman parte del paisaje, completan su imagen, forman parte de su vida y de lo que usted ve todos los días.
Si está en su casa o en su oficina, desde un lugar propio, su territorio, espero que tenga desde su interior vista a través de una ventana… mire el paisaje y considere que todo lo que ve es ciudad, conteniendo arquitectura. Si mira y no ve ciudad, posiblemente sea otro tipo de construcción cultural, ¡sin embargo, arquitectura también!
Volvamos a mirar por su ventana, proyéctese e imagine un malecón y su vista al horizonte azul, conéctelo con la historia, conéctelo con usted: fantástico, ¿no cree?
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