La Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales reunió por primera vez a los directores de los 44 centros de privación de libertad que funcionan en el país, con la finalidad de avanzar en la conformación de la nueva estructura que rige al sistema penitenciario bajo el amparo de la Ley 113-21.
La jornada de socialización y planificación concentró a los responsables de los Centros de Privación de Libertad (CPL), los Centros de Atención a Privados de Libertad Provisionales (Caplip) y los Centros de Corrección y Rehabilitación (CCR).
Roberto Hernández Basilio, director general de Servicios Penitenciarios, e Hilda Patricia Lagombra Polanco, directora de Centros de Corrección y Rehabilitación, encabezaron la reunión, celebrada en el Instituto Superior de Estudios Penitenciarios en San Cristóbal (antigua ENAP).
La agenda incluyó la revisión del organigrama de la entidad, que se creó a partir de la fusión de las antiguas entidades Dirección General de Prisiones y el Modelo de Gestión Penitenciaria.
Además, Hernández Basilio compartió las nuevas líneas de trabajo, enfocadas en la atención a procesos y la calidad del levantamiento y procesamiento de la información en las estadísticas diarias. También resaltó la importancia de la comunicación efectiva, las reuniones periódicas y la capacitación para adquirir y actualizar conocimientos, como vía hacia la excelencia en los servicios que presta la entidad a las personas privadas de libertad.
Lagombra Polanco se encargó de la motivación al personal, con especial atención en la garantía de los Derechos Humanos, la honestidad como valor personal y los principios éticos del servidor público. Habló sobre la transformación que desarrolla el sistema penitenciario en el país y les refirió que estos cambios resultarán beneficiosos para todos.
Los directores de CPL, que son los recintos que se regían por la Dirección General de Prisiones; los Caplip y los Centros de Corrección y Rehabilitación (CCR), regidos por el denominado Modelo de Gestión Penitenciaria, se reunieron en la sede del Instituto Superior de Estudios Penitenciarios, ubicada en el Castillo del Cerro, en San Cristóbal.
El encuentro sirvió de retroalimentación entre los niveles directivos y los operativos, como proceso fundamental para el buen desenvolvimiento de la entidad.