El golf tiene un nuevo rey. El estadounidense Scottie Scheffler, que hace solo dos semanas alcanzó el número uno mundial, culminó su impresionante ascensión en el circuito al conquistar este domingo el Masters de Augusta.
Este es el primer "major" para este asombroso golfista de solo 25 años que hasta febrero de este año no había ganado ningún torneo en su carrera profesional.
Tan solo dos meses después, Scheffler ya tiene cuatro títulos en su palmarés: el Abierto de Phoenix, el Arnold Palmer Invitational, el WGC-Dell Technologies Match Play y -sin duda el más importante hasta ahora de su carrera- el Masters de Augusta.
Scheffler se puso en cabeza el viernes, tras domar el viento en una jornada de caos y fuertes ráfagas en Augusta, y conservó su liderato con brillantez y enorme solvencia para vestirse hoy la chaqueta verde con 10 bajo el par en total (278 golpes).
Este domingo logró un -1 con cuatro birdies, un bogey y un doble bogey en el último hoyo cuando ya tenía el título totalmente amarrado.
Con gesto imperturbable y una gran serenidad, Scheffler no mostró señales de flaqueza a lo largo de una jornada de domingo en la que jugó con el australiano Cameron Smith, que cerró el sábado a 3 golpes del líder.
Smith empezó fuerte hoy pero se fue desinflando poco a poco y terminó con -5 en total.
La segunda plaza en Augusta fue para el norirlandés Rory McIlroy, que estuvo absolutamente brillante en el cierre del Masters con un extraordinario -8 en la última jornada (-7 en total, a 3 golpes de Scheffler).
En la ceremonia de entrega de la chaqueta verde, Scheffler rompió a llorar al dar las gracias a su familia y a su círculo íntimo.
"Realmente no puedo poner en palabras lo que significa para mí ganar este torneo. Es un honor estar en este campo. No hay nada más que pueda decir salvo gracias", afirmó.
DUDAS INICIALES, SERENIDAD FINAL
El día no empezó de forma plácida para el futuro campeón.
Smith le metió presión desde el inicio con dos birdies consecutivos mientras que Scheffler se fue a los árboles en el primer hoyo y al búnker en el segundo.
Con su ventaja reducida a un solo golpe sobre su inmediato perseguidor, uno de los momentos clave llegó en el tercer hoyo cuando Scheffler se lució con un precioso golpe para el birdie, desde fuera del green y en pendiente, que le hizo ganar en confianza y reencontrarse con su mejor juego.
Smith, en cambio, pasó de estar pisándole los talones a Scheffler a tener que remontar de nuevo tras dos bogeys consecutivos (hoyos 3 y 4).
El australiano ya no tuvo fuerzas para amenazar a Scheffler, muy sereno y que a partir de entonces no cometió errores de gravedad.
Un triple bogey de Smith en el hoyo 12 le apartó definitivamente del título, por lo que Scheffler ya solo tenía que luchar contra sus propios nervios y contra un McIlroy genial que ya para entonces había entregado su fabulosa tarjeta de este domingo (un eagle y seis birdies, el último de ellos en el 18 con un fantástico golpe desde el búnker que volvió locos a los aficionados).
Lejos de dejarse arrastrar por las emociones, Scheffler cerró su domingo con mucha calma para alcanzar finalmente la gloria en Augusta.
WOODS Y LOS ESPAÑOLES
Al margen de saber quién se iba a proclamar campeón del Masters, la atención mediática y de los seguidores en Augusta se centró estos días en Tiger Woods.
Cinco veces campeón del Masters y tras 14 meses fuera del circuito por un gravísimo accidente de carretera, Woods finalizó su reaparición con +13 y recibió los aplausos y el cariño de los fans en cada paso que dio en Augusta.
Además, Woods anunció hoy que jugará este año el Open Británico.
Los españoles no tuvieron suerte en el Masters: Sergio García terminó con +3 (-1 hoy) y Jon Rahm, que jugó este domingo junto a Tiger Woods, acabó con +4 (-3 en la última jornada).