Por Carlos A. Moreno
La banda californiana Red Hot Chili Peppers cumplió todas las expectativas en su tercer Rock in Río consecutivo en Río de Janeiro y brilló como la principal atracción de la cuarta jornada de conciertos en la nueva edición del festival.
El grupo nacido en 1983 y liderado por el vocalista Anthony Kiedis hizo en esta ciudad brasileña un repaso de algunas de las mejores canciones de sus once discos, el último grabado en 2016, por lo que no tuvo problemas para animar un público incondicional y que conocía de memoria todo el repertorio.
El grupo, que cerró el Rock in Río de 2017 y fue igualmente uno de los más aplaudidos en 2015, inició su concierto con una larga introducción de guitarras y con elogios a Brasil, antes de arrancar con "Can’t stop", "The Zephyr Song" y "Dark Necessities", por lo que rápidamente puso a los 100.000 espectadores a cantar, bailar y saltar con sus composiciones.
La banda llevó al público al delirio con "Californication", "Right on time" y "I wanna be your dog" (de los Stooges) en el medio de la presentación, en la que abundaron los solos de guitarra, bajo o batería, y se despidió con "Goodbye angels" y "Give it Away", coreada a retumbar por toda la Ciudad del Rock.
Pese a que sorprendió por dejar por fuera del concierto a "Under the bridge" y por dejar la interpretación de "Pea" en la voz del bajo Flea, ganó elogios por el homenaje que le hizo a Ric Ocasek, el vocalista de The Cars que murió el 15 de septiembre pasado, al interpretar "Just what I needed", uno de sus mayores éxitos.
Panic at the Disco, la segunda gran atracción de la noche y debutante en el Rock in Río, aprovechó su primera vez en Río para presentar sus últimos trabajos y dejó por fuera del concierto varias de las canciones de sus inicios, que son las más recordadas por el público brasileño.
Pese a que tocó algunas de sus canciones de la década pasada cuando surgió como banda emo, como "Nine in the Afternoon" y "I Write Sins Not Tragedies", el concierto de este jueves estuvo centrado en los discos más nuevos y comenzó con enérgicas interpretaciones de "Victorius" y "Silver Lining".
La banda sorprendió por incluir violines y trompetas y por el vozarrón del líder y cantante Brendon Urie, capaz de altos tonos y agudos, y que demostró su gran capacidad al interpretar una versión muy próxima de la Bohemian Rhapsody de Queen casi al final de su presentación.
Pero los aficionados tuvieron que esperar hasta el final para escuchar "High hopes", uno de los mayores éxitos del grupo.
La banda Nile Rodgers & Chic, que en 2017 se presentó en un palco secundario del Rock in Río y este año fue ascendida al principal, repasó varios clásicos de la música disco de varias décadas con los que puso a bailar en Río a rockeros de varias generaciones.
Con una numerosa banda de metálicos y dos poderosas cantantes en el palco, Nile Rodgers, de 66 años y que ha sido guitarrista de varias estrellas, interpretó clásicos como "We are family", "Good times", "Dance, dance, dance", "Le Freak" o "I’m Coming Out", comunes en fiestas de disco en todo el mundo y que el público carioca sabía de memoria.
Los conciertos en el Palco Sunset, un escenario secundario que los organizadores usan para promover experimentos musicales, se caracterizaron este jueves por su elevado tono político.
La banda colombiana Monsieur Periné y la mexicano-brasileña "Francisco, el hombre", encargadas de darle el ritmo latinoamericano al festival, fueron las responsables por abrir la cuarta jornada de conciertos y, pese a que se desconocían antes de ser invitados a ofrecer un inédito concierto juntas, demostraron estar muy afinadas.
En medio de un rock típicamente latinoamericano en que no faltaron trompetas, maracas y panderos, ambos grupos se ganaron al público con un concierto en el que criticaron insistentemente al presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, y en que pidieron la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En la presentación no faltaron homenajes a las víctimas de la violencia en Río de Janeiro, entre las cuales la niña de 8 años Ágatha Félix, que murió el mes pasado en una operación policial.
En el mismo palco e igualmente en un concierto conjunto, el rapero brasileño Emicida y las gemelas franco-cubanas Lisa-Kaindé y Naomi Díaz, integrantes del grupo Ibeyi, llevaron al Rock in Río sus letras contra la violencia y en defensa de las minorías.
Emicida e Ibeyi, que ya lanzaron dos canciones juntos pese a sus carreras artísticas independientes, cantaron una versión en inglés de Deathless, en que las gemelas abordan la violencia policial y defienden un mundo con menos muertes. En ese momento las pantallas gigantes en el escenario exhibieron la imagen de Ágatha Félix, en otro homenaje a la menor asesinada.
Rock in Rio, considerado como el mayor evento de música y entretenimiento del mundo, ha ofrecido, en 34 años de vida y 20 ediciones en Río, Lisboa, Madrid y Las Vegas, 119 días de conciertos y 2.338 atracciones musicales, vistas por unos 10,2 millones de espectadores.
La actual edición comenzó el pasado final de semana con tres jornadas en que se presentaron grupos o cantantes como Bon Jovi, Drake, Weezer y Goo Goo Dolls, y culmina el próximo domingo, tras otras cuatro jornadas, con los conciertos de la banda estadounidense Imagine Dragons y del trío inglés Muse.