La Agencia Espacial Europea (ESA) ha vuelto a poner en funcionamiento sus misiones científicas, después de ser paralizadas el pasado 24 de marzo por medidas preventivas al contraer uno de sus trabajadores la COVID-19.
La puesta en marcha de estos proyectos llega después de una limpieza de las instalaciones, en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA, en Darmstadt (Alemania), y las personas que estuvieron en contacto con la persona infectada, que se está recuperando, han sido puestas en cuarentena, según informó la agencia este jueves.
Las misiones que habían quedado paralizadas son la Solar Orbiter y la Mars Express, y también el Satélite para el estudio de Gases Traza de ExoMars y los cuatro satélites de la misión Cluster que orbita la Tierra.
El Jefe de Operaciones de Misión en Darmstadt, Paolo Ferri, ha explicado en un comunicado de la ESA que, al estar los trabajadores al mando de estos proyectos en contacto con el virus, se decidió "suspender las operaciones de estas misiones de forma preventiva hasta que desapareciera el riesgo de una potencial cascada de infecciones y cuarentenas".
"Cuando apagamos los instrumentos científicos, establecimos unos criterios muy claros para decidir cuándo volver a encenderlos, y este fin de semana hemos empezado a reanudar poco a poco el estado normal de las misiones", ha añadido Ferri, que ha aclarado que la medida se ha aprobado al no darse más casos positivos entre los trabajadores.
Los equipos a bordo de los satélites están diseñados para aguantar periodos de inactividad incluso más largos, por ejemplo durante las dos o tres semanas que, viajando en la órbita del sistema solar, pasan por detrás del Sol, perdiendo así el contacto con los operarios que los controlan desde la Tierra.
También en ocasiones, ha explicado Ferri, "sucede que uno de los satélites tiene problemas y entra en modo seguro, y pasa como mínimo una semana hasta que se reinician las operaciones científicas".
"El corazón se te encoge cada vez que tienes que cortar la producción científica, pero no es algo excepcional", ha expresado, un sentimiento que comparte el Jefe de Ciencia y Operaciones del Centro Europeo de Astronomía de la ESA cerca de Madrid, Markus Kissler-Patig.
Él ha recalcado que se sienten "muy responsables de la producción científica de estas fantásticas naves y eso es lo que realmente queremos maximizar: la ciencia, tanto para los investigadores como para el resto de la humanidad".
Aun así, las condiciones excepcionales por la situación de la COVID-19 en todo el mundo, ha explicado, no les dejaron otra opción: "estaba en juego la salud de nuestra gente, y ahí lo tenemos clarísimo. Son decisiones fáciles de tomar porque sabes que son las correctas".