La República Dominicana ya está inmersa en la campaña electoral de cara a los comicios presidenciales y legislativos que se celebran el 5 de julio, sin dejar de mirar de reojo al comportamiento de la pandemia, que ya ha obligado a aplazar una vez esta cita con las urnas.
Cerca de 8 millones de dominicanos elegirán al sucesor del presidente, Danilo Medina, en las primeras elecciones que se celebran en América Latina desde el inicio de la pandemia de coronavirus, un factor que ha afectado al proceso electoral en todas sus facetas.
Los principales candidatos en liza son el oficialista Gonzalo Castillo, exministro de Obras Públicas; el empresario opositor Luis Abinader y el tres veces jefe de Estado, Leonel Fernández, ahora en la oposición.
LA INFLUENCIA DEL VIRUS
El virus no solo forzó el aplazamiento de las elecciones, que estaban inicialmente previstas para el 17 de mayo, sino que ha llevado a las autoridades a prohibir los mítines y además, ha trastocado las estrategias de campaña de los candidatos, lo que ha tenido un efecto evidente en las encuestas de intención de voto.
Ya está claro que los votantes tendrán que usar mascarilla en los centros de votación y guardar dos metros de distancia entre sí, aunque se prevé que, para el día de las elecciones, el país acabe de entrar en la cuarta y última fase del plan de desescalada.
Sin embargo, la progresión en las fases, según puntualizó hoy el ministro de Salud, Rafael Sánchez Cárdenas, dependerá del comportamiento de los indicadores que miden la propagación del virus, que de momento están "a la baja".
"Al día de hoy no veo mayores inconvenientes (para celebrar las elecciones) si continuamos con los controles", dijo este viernes Sánchez Cárdenas en una rueda de prensa.
La República Dominicana registra un total de 525 fallecidos y 18.708 contagios, con 389 nuevos casos confirmados en las últimas 24 horas, en su mayoría concentrados en el Gran Santo Domingo.
LAS ELECCIONES EN EL EXTRANJERO
El coronavirus también ha puesto en vilo la organización de las elecciones en el extranjero, donde hay empadronados casi 590.000 votantes, que eligen a siete diputados y también votan en las presidenciales.
Estados Unidos, donde hay 401.000 electores registrados, ha dado su visto bueno a la organización de las elecciones, pero otros países como España, con 81.000 votantes, no han ofrecido garantías formales.
Otros siete territorios, entre ellos Panamá, donde hay inscritos 11.100 dominicanos, o Curazao, donde votarían 2.000 dominicanos más los casi 4.400 residentes en Venezuela, no han respondido todavía a la petición de las autoridades dominicanas.
UNA CAMPAÑA CONTAGIADA POR EL COVID
Sin autorización para mítines o para caravanas, los candidatos han volcado su propaganda en las redes sociales y en los medios de comunicación, además de en los tradicionales carteles en las calles.
El COVID-19 también ha trastocado las promesas electorales, ahora totalmente centradas en los programas de recuperación económica, así como las estrategias de los partidos.
Desde marzo, los tres principales candidatos se han dedicado a hacer donaciones de equipos médicos y hasta de hospitales de campaña.
El más activo en este punto, con mucha diferencia, ha sido Gonzalo Castillo, del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien ha repatriado a decenas de compatriotas varados en el extranjero y ha importado material médico en vuelos de su empresa de aviación, Helidosa.
También ha repartido comida, agua y gas natural en barrios pobres, en una estrategia que la oposición ha criticado por considerarla clientelista.
LAS ENCUESTAS
Según las encuestas más prestigiosas, Castillo ha subido posiciones en los meses de la pandemia y se encuentra en empate técnico con Luis Abinader, del opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM), ambos con cierta ventaja sobre el expresidente Leonel Fernández.
No obstante, las encuestas prevén que se celebrará una segunda vuelta, que tendría lugar el 26 de junio, si ningún candidato supera el 50 % de los votos.
El pasado 15 marzo, en las elecciones municipales, que se celebraron cuatro días antes de la declaración del estado de emergencia, el PRM logró el 39,16 % del voto popular, frente al 33,81 % del PLD, partido que hasta entonces dirigía la mayoría de los ayuntamientos del país y que ha controlado el Ejecutivo desde 2004 y el Legislativo desde 2006.