El presidente de Rusia, Vladímir Putin, que lleva 20 años en el poder y que podría permanecer en el Kremlin hasta 2036 si el pueblo ruso aprueba una reforma constitucional, no se considera un "zar", según dijo en una entrevista con la agencia TASS.
"Esto no es así", dijo el jefe de Estado al ser preguntado cómo responde a aquellos que le llaman zar. "Yo trabajo todos los días, no reino", enfatizó.
"Un zar es alguien que está sentado, mira desde arriba y dice: harán lo que yo ordene, mientras que se prueba un gorro y se mira en el espejo", señaló Putin.
Según dijo, nunca se le había ocurrido pensar que él estuviera al mando de Rusia tanto tiempo.
"Nunca cruzó mi mente. Nunca pensé que acabaría aquí" 20 años en el Kremlin, añadió. "Nunca se me habría ocurrido", insistió.
Aseguró que en 2008 no tenía ni la menor idea de que cuatro años después ocuparía de nuevo la oficina presidencial, si bien no excluyó esa posibilidad del todo.
En cuanto a la posibilidad de abandonar el poder en algún momento -según la actual Constitución debería dejar la Presidencia en 2024-, Putin sostuvo que se siente "responsable por lo que está pasando y por lo que pueda pasar en el futuro".
La reforma de la Carta Magna promovida por el propio Putin incluye una enmienda propuesta en el último minuto del proceso legislativo por Valentina Tereshkova, la primera mujer cosmonauta de la historia y diputada del partido oficialista, Rusia Unida, que le permitiría volver a postularse para un quinto y sexto mandato.
De acuerdo con Putin, es demasiado pronto para hablar de lo que vaya a hacer después de 2024.
"La respuesta dependerá de las aspiraciones de la gente", explicó a TASS en la entrevista "20 preguntas para Vladímir Putin" y que fue realizada antes de que se presentara la enmienda de Tereshkova.
"No lo sé, veremos", afirmó el presidente cuando fue preguntado por su futuro después de 2024. "Aún tengo cuatro años más y ahora mismo no tengo una respuesta", agregó.
Todo dependerá de "los ánimos de la gente y del deseo de los ciudadanos", sostuvo.
"Lo más importante, la cuestión clave, el tema de principios, es la actitud de la gran mayoría de los ciudadanos. Por supuesto, es una cuestión de confianza", agregó.
Admitió que "las élites pueden ponerse nerviosas" a la vista de la incertidumbre sobre la conocida como "cuestión 2024″, pero que en última instancia "la gente es el poder".