Puerto Rico recupera lentamente ayer miércoles el servicio eléctrico tras el sismo de magnitud 6,4 que sacudió la isla caribeña, mientras se intensifica la ayuda a los municipios del suroeste, donde se concentraron los daños y hay cerca de 2.000 personas en refugios.
La estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE) informó de que según los últimos datos disponibles 700.000 abonados de la corporación pública cuentan ya con servicio, un avance importante aunque ya se advirtió de que la situación no estará completamente estabilizada hasta el próximo fin de semana.
El director ejecutivo de la AEE, José Ortiz, subrayó que la recuperación avanza con más rapidez en el área metropolitana de San Juan, mientras que en el sur la marcha es más lenta.
La empresa pública espera además poner en funcionamiento durante las próximas semanas nuevas plantas de generación que ayuden a contar con un sistema eléctrico más robusto que dé solución a una infraestructura obsoleta que con el sismo, que se localizó precisamente cerca de las principales plantas generadoras, quedó todavía más debilitada.
El temblor, considerado el más potente de la historia reciente de Puerto Rico, causó daños importantes en las plantas EcoEléctrica y Costa Sur, lo que provocó la caída de todo el sistema de generación, un apagón que, sin duda, fue la consecuencia más destacada del terremoto, además de la muerte de un hombre al que aplastó un muro en su vivienda.
El terremoto causó además daños en multitud de viviendas, varios cientos según la información aportada por los municipios del área suroeste, aunque el Gobierno no ha emitido todavía una cifra oficial.
La mayoría de las viviendas colapsaron parcialmente al ceder las finas columnas sobre las que se levantaban, un tipo de construcción común en áreas de rentas bajas que no resistió la magnitud del temblor del martes, que siguió a otro de 5,8 el lunes que ya había debilitado muchas construcciones.
A pesar de los derrumbes sólo una persona murió oficialmente a causa del suceso y no hay datos de heridos, al menos de gravedad.
El derrumbe parcial de construcciones se debió a que en Puerto Rico hay aproximadamente 200.000 viviendas edificadas sin permisos de construcción y otras 150.000 levantadas sobre finas columnas.
El objetivo del Gobierno liderado por Wanda Vázquez ahora es intensificar la ayuda a los damnificados, razón por la que pidió a las autoridades estadounidenses una Declaración de Emergencia para la isla, ratificada por Washington.
Trump aprobó la declaración de emergencia y ordenó el envío de asistencia para complementar la ayuda local en respuesta al terremoto.
"La acción del presidente autoriza al Departamento de Seguridad Nacional, la Agencia Federal de Gestión de Emergencias -FEMA, por sus siglas en inglés- coordinar todos los esfuerzos con el fin de aliviar la dificultad y sufrimiento causado por la emergencia sobre la población local y proveer la asistencia apropiada", según un comunicado gubernamental en Washington.
Mientras se intensifican los esfuerzos en la isla, donde los alcaldes de los municipios de Bayamón, Guaynabo y Cataño anunciaron hoy que llevarán suministros y equipo de respuesta a Yauco y Guánica, dos de las localidades en el sur de la isla más afectadas por la decena de viviendas destruidas por el terremoto ocurrido el martes.
"Esto fue espontáneo. Todo el mundo está en la misma línea de pensamiento de cómo ayudar", expresó Rivera, acompañado de los otros dos alcaldes y del secretario de la Gobernación, Antonio Pabón.
El secretario de la Gobernación informó de que hay 16 refugios abiertos y 1.947 personas refugiadas en la isla consecuencia del terremoto.
A pesar de que sólo hay una muerte confirmada, la población de la isla caribeña, en especial en el área suroeste, sufre una situación de gran ansiedad que ha provocado que miles de personas hayan pasado la noche en las calles por temor a que sus casas se derrumbaran.
La gobernadora anunció anoche que se reforzarían las labores de vigilancia para proteger a estas personas.