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Hombre o mujer, ambos tienen sus escalas de valores que dependen de la formación religiosa y de sus conceptos ortodoxos sobre la vida, su forma de ser, su comportamiento, que de modificarlos caerían en una etapa de desarmonía, de alteraciones emocionales y hasta en patologías.
Los cambios en los patrones de vida de los seres humanos, en las relaciones de parejas y de familia, impulsan a caer en una situación de doble vida, por infidelidad sexual, comisión de delitos, homosexualidad, bisexualidad, pederastia o ludopatía, que siempre serán negativas por las situaciones que generan o por razones económicas.
Al surgir los problemas de pareja, una de las partes se pregunta: ¿Con quién me casé?, después de años de armonía, amor y entrega.
Las dificultades que afrontan muchas parejas, a partir de los cambios de comportamientos y al descubrimiento de una forma de vida nunca esperada, “generan consecuencias que siempre serán negativas”, según advirtieron los psicólogos clínicos Josefer Hoepelman y Miron Alexander Melo.
Como partes de los cambios en la conducta y los comportamientos señalaron como increíble que luego de años de convivencia marital, de entrega de amor y felicidad en pareja, una de las partes sienta el deseo de buscar otras maneras de satisfacciones, esencialmente de tipo sexual, sea con personas de otro sexo o del mismo sexo.
Al participar en el programa Entre Adultos, que por la Z101.3 FM produce el médico psiquiatra Héctor Guerrero Heredia y que conduce el psicólogo clínico Eladio Hernández De la Rosa, expusieron que quienes tienen doble vida de pareja justifican sus comportamientos, en la presunta necesidad de una prueba diferente, con una persona más joven y que le despierte mayores deseos y que le ofrezca más placeres desde el punto vista sexual.
Eladio Hernández De la Rosa, Josefer Hoepelman y Miron Alexander Melo /Foto rtjaime.
Miron Alexander atribuye una doble vida a las etapas que viven las parejas, una veces de intensidad amorosa, otras de dificultades que entonces inducen a la búsqueda de “otras ofertas en un mercado de facilidades en el aspecto sexual”, sea de hombres o de mujeres.
Melo y Hoepelman citaron casos en que la doble vida de uno de la pareja es permitida mediante un consenso, por razones de conveniencia económica o por conocimiento del l trastorno de identidad que afecta al otro.
Citaron el caso del hombre que tiene riquezas y dinero, bien habido o no, que negocian sus escalas de valores y pueden llegar a tener dos o tres hogares, solo por la búsqueda del disfrute sexual.
“Las consecuencias de una doble vida al final siempre serán negativas, tanto para el hombre como para la mujer y hasta para los hijos, que sufren angustias y emociones, estrés y problemas de identidad.
Josefer Hoepelman señaló que en la vida se da el caso del hombre que no quiere perder su familia y busca otra pareja, bajo un compromiso de la segunda de no molestar a la esposa, pero termina enamorándose y ahí surgen los inconvenientes y sin sabores.
Indicó que otros casos son de personas que viven una vida de tranquilidad familiar, pero uno de los dos es jugador consuetudinario, principalmente en los casinos.
Subrayó que también son de doble vida quienes realizan negocios ilícitos y se cubren con actividades lícitas.
De acuerdo a su exposición, el pedófilo también lleva doble vida, igual que el violador de niñas, niños o mujeres.
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