Julio Santana | Foto: Julio Santana
Las primarias del Partido Revolucionario Moderno transcurrieron sin incidentes que lamentar y con una concurrencia que alcanzó el 33.2 % de los inscritos en el padrón de ese partido, estimado por la JCE en más de tres millones de personas. Este porcentaje de abstención incluye los votos válidos, los marcados pero no tomados en cuenta y los emitidos en blanco, que componen el 4.1 % de los considerados válidos.
La votación se centraba en la elección del candidato presidencial -crónica de una muerte anunciada- y de 3,876 cargos electivos, entre ellos alcaldes, regidores, vocales y directores de distritos. Fueron habilitados 1,502 centros de votación y 5,149 mesas electorales a nivel nacional.
Bajo la modalidad de «padrón cerrado», el partido gobernante seleccionó aproximadamente el 75 % de sus aspirantes a cargos municipales.
Además de la esperada apabullante victoria de Luis Abinader (91 %), llama la atención que acudieron a los centros de votación tres veces menos votantes que la cantidad registrada en el padrón oficial. Recordemos que los votos válidos sumaron 968,639, lo que representa aproximadamente el 31.4 % del total de personas asentadas en el padrón electoral utilizado en este muy civilizado ejercicio democrático.
¿Qué lectura tiene este hecho? ¿Por qué de cada 100 empadronados cerca de 67 se quedaron en casa?
Es posible que una parte importante de la gente identificada con el partido no esté de acuerdo con el rumbo general del gobierno o que una parte de ella cuestione determinadas decisiones o políticas relevantes. Otra interpretación sería que el padrón no refleje la realidad y, en consecuencia, no sea de dudosa confiabilidad.
Finalmente, quizás estos resultados estén expresando la indiferencia creciente de la gente frente a los asuntos políticos, lo cual es un fenómeno generalizado en Hispanoamérica.
También llama la atención la sorprendente victoria del pastor Dio Astacio como candidato para la alcaldía de Santo Domingo Este (35.3 %), uno de los municipios más grandes y poblados del país. Más que la victoria de Astacio, que lleva años en el empeño de incursionar en el mundo pecaminoso de la política, sorprende el severo castigo de los votantes al actual alcalde, el señor Manuel Jiménez (18.7 %), quien sale en último lugar, por debajo de Adán Peguero y Bertico Santana.
El director de Comunicaciones de la Alcaldía de SDE, Jhonatan Liriano, atribuye la derrota de Jiménez a una determinación política superior, no a la voluntad de los ciudadanos. En todo caso, ¿los vecinos del municipio, que deben estar superando el millón de personas, deseaban su reelección? ¿Cuáles serían los resultados e impactos de sus ejecutorias en los últimos tres años? ¿Cuáles intereses de los que, según sus propias confesiones, hacían grandes negocios en gobierno municipal de SDE pudo enfrentar con éxito durante su gestión?
Conocido por su personalidad compleja, como reconoce el propio Liriano, en realidad no gozaba de la simpatía de los votantes, lo cual es un factor importante para perder unas elecciones limpiamente, sin trampas. Si bien su falta de popularidad actual pudo mediar como un factor determinante de su derrota, entendemos que la oposición y el rechazo en el seno de su propia organización política sellaron su destino político. En esto estamos de acuerdo con Liriano.
En cualquier caso, ¿representaran los 21,211 militantes que eligieron a Astacio las intenciones de más de un millón de vecinos de Santo Domingo Este? Aunque pueda resultar más costoso, las encuestas pueden ser más idóneas como medio de selección de los candidatos a cargos públicos de cualquier partido. Entendemos que expresarían de una manera más genuina la voluntad popular.
