La arquitectura por ser cotidiana tiende a difuminarse. Por ese desvanecimiento, proyectarse en ella, comprenderla en una dimensión un poco más elaborada, es tarea difícil para el habitante.
Al escribir en una columna como esta iniciamos un proceso de apertura, una búsqueda para que usted y yo comprendamos juntos. Usted no solo leerá, verá e imaginará a la arquitectura y a la ciudad.
¿Qué debemos ver? ¿Qué debe revelársenos a usted y a mí que nos levantamos cada día para vivir lo que corresponde y transitar por ese trayecto en el cual, o manejamos, o somos conducidos?
Hagamos un ejercicio, simplemente miremos: detengámonos unos segundos. No en el móvil. Observemos alrededor. Lo que vemos es construido… lo que vemos es arquitectura. Mire la escalera de aquel edificio alto, mire la columna de aquella casa, mire cualquier edificación habitada. Realice también que de alguna manera cada una, es el sueño de alguien. Hay belleza en todo esto, hay vida.
Si lo que ve es paisaje, piense que todo inicia en él y la mirada suya.
Sigamos mirando: ese trayecto de su casa a la escuela, al trabajo; la calle, la acera, el parque. Ese espacio común, es la ciudad. En la ciudad y sus edificios acontece la vida, la suya y la mía, la de todos. Si hay revolución, espectáculo, trabajo o un encuentro amoroso ocurre en un espacio por lo general pensado, por lo general arquitectónico o urbano.
Cuando lleguemos a casa, meditemos cada una de nuestras acciones; entremos con calma, a nuestro ritmo (olvidemos los problemas del día, por favor), fijémonos como abre la puerta, su color… Siga usted, es su casa. Camine hacia quién le recibe, luego observe el piso, el techo, la ventana… la luz y la forma que tiene el espacio en que habita. Alguien lo pensó, poco o mucho. También fue materializado, construido, conectado a la electricidad para que usted pueda ver televisión por internet. Techado para que usted sienta que tiene cobijo. Un cobijo cuya función básica es que usted pueda ser.
¿Cree que vale la pena escribir sobre arquitectura?¿Lo bueno y lo malo que pasa con ella?¿Sobre la ciudad, su casa?¿Sobre su pasado, presente y futuro?
Pienso que vale la pena reflexionar sobre la arquitectura y la ciudad en donde pasaremos un buen tiempo viviendo y habitando, seguramente toda la vida. Vale la pena que caminemos juntos a través de estos textos.
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