Los miembros de la Unidad Azul y Blanco, Jesús Teffer, Ivana Álvarez y Guillermo Incer | Foto: EFE/Jorge Torres
Una protesta prevista para este domingo en Nicaragua, contra el presidente Daniel Ortega, fue suspendida debido a que Managua se encuentra "en estado de sitio", por una presencia policial sin precedentes, informó la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco.
"Estamos en estado de sitio, la ciudad está militarizada, llamamos a la población a que ya no hay marcha, pero que no se desmovilice, que hasta donde lleguen realicen piquetes (protestas fugaces), hagan vídeos y los suban a las redes", dijo el miembro de la Alianza, Jaime Incer, a periodistas.
Desde las primeras horas de la mañana la presencia policial en las calles de Managua fue notoria, especialmente en la zona por donde se había anunciado la marcha antigubernamental, al sureste de la capital nicaragüense.
Los convoyes de hasta diez vehículos cargados de policías se desplazaron por las calles de Managua con las luces de advertencia encendidas, en señal de que cualquier persona en la calle podría ser capturada.
A los agentes, ataviados con fusiles de guerra AK-47, de fabricación rusa, se sumaron más tarde grupos antimotines, y efectivos de operaciones especiales, entrenados para enfrentamientos armados contra criminales internacionales.
El extenso despliegue policial incluyó automóviles todoterrenos y cárceles móviles, algunos de los cuales se estacionaron en intersecciones y puntos estratégicos alrededor de la zona prevista para la marcha.
"El despliegue de la Policía es cuatro veces mayor que en otras ocasiones", afirmó la integrante de la Alianza, Ivania Álvarez.
La Policía Nacional ya había anunciado su rechazo a la marcha, como lo hace con toda protesta contra Ortega, una decisión tomada en septiembre pasado, pese a las críticas por violar la Constitución de Nicaragua.
La opositora llamó a protestar con base en que la Constitución garantiza la libertad de expresión, reunión y movilización, y en la palabra al Gobierno de Ortega, quien en marzo pasado se comprometió a permitir las manifestaciones y a respetar la Carta Magna.
La marcha tenía como objetivo exigir la liberación de los 809 "presos políticos" que se cree hay en las cárceles de Nicaragua, y para evitar que corran la misma suerte que el manifestante Eddy Montes Praslín, de 57 años, quien falleció en la cárcel la semana pasada, al recibir un disparo de un custodio en circunstancias no claras.
La convocatoria a la protesta se hizo a casi un año de la "Madre de todas las marchas", la histórica manifestación el 30 de mayo, Día de las Madres local, en la que unos 16 jóvenes murieron en un ataque de las fuerzas combinadas del Gobierno, mientras caminaban junto con mujeres que habían perdido a sus hijos en agresiones similares.
Desde el estallido social del 18 de abril de 2018, unas 325 personas han muerto en el marco de la crisis de Nicaragua, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Organismos humanitarios locales cuentan hasta 594, aunque el Gobierno reconoce 199.