El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, visitará este jueves Nueva York para impulsar en la ONU un intento de recuperar las sanciones internacionales contra Irán levantadas a raíz del acuerdo nuclear de 2015.
Pompeo tiene previsto reunirse, entre otros, con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, según anunció el portavoz del diplomático portugués.
En declaraciones previas en Washington, el jefe de la diplomacia estadounidense no quiso confirmar que el viaje tendría lugar el jueves, pero sí señaló su intención de acudir “pronto” a la ONU para iniciar un procedimiento que busca volver a imponer a Teherán las sanciones levantadas tras el pacto nuclear que selló con varias potencias internacionales y que EE.UU. ha abandonado bajo la Administración de Donald Trump.
El movimiento llega después de que el pasado viernes EE.UU. no lograra que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobase una resolución para extender el embargo de armas sobre Irán, que vence el próximo octubre.
El texto impulsado por EE.UU. únicamente logró el apoyo de la República Dominicana, mientras que Rusia y China votaron en contra y las potencias europeas se abstuvieron.
Ya desde antes de la votación, la Casa Blanca venía advirtiendo de que si no se extendía el embargo podría invocar una cláusula que forma parte del acuerdo nuclear de 2015 y que fue diseñada para volver a imponer sobre Teherán todas las sanciones de la ONU que se habían levantado, pero solo en caso de que se comprobara que había violado el pacto.
En los últimos meses, Irán ha incumplido algunos de sus compromisos en respuesta a la ruptura del pacto por parte de EE.UU. y a la imposición de sanciones unilaterales por parte de Washington.
Sin embargo, las potencias europeas, al igual que China y Rusia, cuestionan que EE.UU. tenga derecho a usar ese mecanismo en la ONU dado que abandonó el pacto de 2015 y dejó de cumplir con sus compromisos, por lo que se espera ahora una nueva batalla en el Consejo de Seguridad.
Este miércoles, preguntado al respecto, Pompeo defendió que esa cláusula fue validada en su día por la resolución 2231 del Consejo de Seguridad que respaldó el acuerdo nuclear y que, por tanto, debe cumplirse sin importar que Washington haya salido del acuerdo nuclear.
"La 2231 no es un documento de EE.UU. Es un documento del Consejo de Seguridad. Tiene una serie de estipulaciones, tiene una serie de derechos y obligaciones, y nosotros vamos a estar en pleno cumplimiento de eso", señaló.
Así, confió en que todos los países del mundo, incluidas el resto de potencias con asiento permanente en el Consejo de Seguridad, cumplan la cláusula.
En principio, una vez que EE.UU. haga oficial su solicitud, el Consejo de Seguridad tendrá un plazo de 30 días si quiere aprobar una resolución que mantenga el levantamiento de las sanciones.
Si eso no ocurre, se volverían a imponer automáticamente todos los castigos que pesaban sobre Irán antes de 2015, incluido el embargo de armas, una prohibición de actividades de desarrollo atómico y castigos contra personalidades y entidades.
A priori, dado que tiene derecho de veto en el Consejo, Estados Unidos puede frenar la adopción de cualquier resolución y, sobre el papel, forzar el restablecimiento automático de las sanciones.
En los últimos meses, varios países han advertido de que eso supondría el fin del acuerdo nuclear, que por ahora Irán y las potencias firmantes -al margen de Estados Unidos- siguen tratando de mantener con vida.