Del lado que está Pompeo no estoy yo.
Del lado que está Danilo tampoco.
Pasa igual con Leonel, su Constitución y sus hipócritas protestas frente al Congreso del PLD.
No me pidan que acompañe a ninguna de las partes de un sistema perverso y en descomposición. Menos aun a sus padrinos imperiales.
Esos son amores y pleitos entre representantes de un imperio presidido por un estafador de bienes raíces y Gobernadores de esta Colonia, y entre el Gobernador actual y el que quiere volver al cargo. Pugnas entre familias de la “cosa nostra” criolla, intervenida por Pompeo para evitar que esto se desfonde.
Yo, por el contrario, quiero que se le desencuaderne.
EE. UU. sigue dando señales de oponerse a la re-postulación de Danilo y esta es otra señal.
Ya antes hubo fuerte objeciones indirectas de Washington a la candidatura de Leonel.
Al parecer el Imperio teme a que el uno y el otro podrían ser factores de desestabilización y prefiere nuevos rostros, siempre a su servicio. Es una visión preventiva en defensa de la expresión criolla de su sistema de dominación.
Al carajo la Constitución vigente
Este sistema no es el mío.
La Constitución vigente tampoco.
Me importa que alguien del bando dominante la ponga en venta.
Por mí que se despedacen y la despedacen peleando por la candidatura a la Presidencia
Yo quiero y actúo para que todo esto se venga abajo y sea posible crear lo nuevo.
Hay que ser tonto u oportunista para defender una democracia inexistente o apoyar una institucionalidad autoritaria y putrefacta.
Ese es un pleito a papeletazos sucios y presiones de cúpulas locales y supranacionales.
Cierto que la repostulación presidencial está plagada de perversidades. Pero del PLD con otro candidato/a, también. Mientras la alternabilidad opositora que el sistema admite es tremenda porquería.
No me pidan, por tanto, que rechazando el continuismo peledeísta opte por apoyar a Hipólito o a Abinader, ambos subordinados a Trump y a la gran burguesía; ambos cabecillas de facciones de un partido heredero de la degradación y la corrupción del PRD.
A mi entender lo que procede es oponerse a los tres continuismos en competencia: reelección presidencial, reelección del PLD con otro candidato/a y continuismo institucional del sistema de corrupción e impunidad que encarna la oposición de derecha.
A calentar las calles
En esta circunstancias no hay salida institucional-electoral anticorrupción, democrática y soberana.
La corrupción, la impunidad, la dependencia y la antidemocracia son sistémicas.
No hay fin de la impunidad sin fin del régimen y del sistema. No hay cambio significativo sin refundación del Estado mediante un proceso constituyente.
Y eso es cuestión de calentar las calles, crear contrapoder popular constituyente y construir en ese contexto una propuesta transformadora desde un nuevo movimiento político social, claramente diferenciado del partidismo tradicional.
Tragarse a Danilo es peor que tragarse el tiburón podrido.
Pero que nadie sueñe verme acompañar las simulaciones de Leonel o la opción conservadora y pro-estadounidense de Abinader.
Habrán de verme junto a Marcha Verde en Santiago y más allá, mientras ésta procure ser diferente a la fauna partidista tradicional y esté decidida a ejercer su independencia como movimiento político-social no partidista para ponerle fin a la impunidad y la corrupción estructural imperante.
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