Una multitud se refugia de la lluvia bajo paraguas durante una nueva marcha contra el gobierno en Hong Kong | Foto: EFE/ Jerome Favre
La Policía de Hong Kong prohibió este viernes una marcha que había convocado para el próximo domingo el Frente Civil de Derechos Humanos, el paraguas de asociaciones democráticas que ha convocado manifestaciones con millones de asistentes desde junio.
Como en ocasiones anteriores, la Policía alegó que este tipo de concentraciones tienden a degenerar en incidentes violentos y rechazó autorizarlo por motivos de seguridad pública.
El Frente (CHRF, por sus siglas en inglés) informó hoy de que recurrirá la decisión, y la vista por la apelación se celebrará este sábado a las 11.30 horas locales (03.30 GMT), aunque los convocantes no se mostraron optimistas respecto a una resolución favorable.
En cada ocasión que la Policía ha denegado una autorización a las manifestaciones, la gente ha seguido saliendo a la calle de manera espontánea, y muchas de estas protestas improvisadas han terminado con enfrentamientos entre agentes y radicales.
En un comunicado emitido a través de su perfil en la red social Twitter, el Frente Civil destacó que "la objeción de la Policía implica una prohibición contra los ciudadanos que quieren expresar su objeción a la violencia policial".
La marcha, planeada para llevarse a cabo en el céntrico barrio de Tsim Sha Tsui, tiene como tema la oposición a la reciente ley anti-máscaras y busca también hacer un llamamiento en pos de la reforma del cuerpo de Policía en la excolonia británica, sobre el que pesan numerosas acusaciones de brutalidad policial.
El pasado miércoles, uno de los coordinadores del Frente Civil, Jimmy Sham, fue apaleado por cuatro atacantes enmascarados, en lo que el Frente consideró un intento de amedrentar al movimiento prodemocrático en la ciudad, al que tanto el Ejecutivo local como el de China se oponen de manera frontal.
Las protestas hongkonesas, que se convirtieron en masivas en junio a raíz de una polémica propuesta de ley de extradición -ya desestimada por el Gobierno-, han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos que rigen Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Pekín.
No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía son habituales.