Un grupo de partidos de izquierda de la región de Mesoamérica se reunió este martes en Nicaragua para mostrar su solidaridad con Venezuela, que vive momentos de tensión con Estados Unidos.
El denominado "Encuentro Mesoamericano de Partido" contó con la presencia de representantes de los partidos políticos de izquierda de Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y del Partido Socialista Unido de Venezuela, informó el Gobierno nicaragüense, que no identificó a las agrupaciones restantes.
Según la información, el encuentro tiene como objetivo "estrechar lazos de amistad y solidaridad con el pueblo de Venezuela, que sufre la embestida imperialista del Gobierno de Estados Unidos".
"La lucha de Venezuela es la lucha por la humanidad, la lucha de Venezuela es la lucha por América Latina, de la libertad contra la opresión de los pueblos", dijo el representante del anfitrión Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Jacinto Suárez.
El nicaragüense agregó que "lo que resulte de Venezuela va a tener repercusiones a largo plazo en favor de la causas de la mayoría", sin decir en qué país, un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró su interés de erradicar de Latinoamérica los Gobiernos similares al de Nicolás Maduro, y señaló a Cuba y Nicaragua.
El país centroamericano vive una crisis que ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 767 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, desde abril, según organismos humanitarios.
Ortega reconoce 199 muertos y 340 detenidos a los que llama "terroristas", "golpistas" y "delincuentes comunes".
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas y otros abusos contra los manifestantes y opositores.
La OEA mantiene en marcha el proceso de aplicación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) a Nicaragua, por rompimiento del orden constitucional.
Ortega, quien lleva doce años en el poder de manera continua, no acepta responsabilidad en la crisis ni tampoco los señalamientos generalizados sobre graves abusos de las autoridades contra los manifestantes antigubernamentales, y denuncia ser víctima de un intento de "golpe de Estado fallido".
En enero pasado, el Consejo de la Internacional Socialista (IS) expulsó de sus filas al FSLN, por violaciones de derechos humanos y de los valores democráticos atribuidos a Ortega.