El conflicto laboral entre los dueños de los equipos de las Grandes Ligas y los jugadores continúa sin ningún tipo de avance tras haberse estancado en el asunto del número de partidos que ambas partes quieren disputar si se pudiese iniciar la temporada regular.
Algo que ya es común cada vez que llegan las disputas laborales en el deporte pasatiempo nacional, siempre es una discusión de números.
En este momento, el número más polarizante es cuántos partidos se tendrán que disputar de la temporada regular 2020, acortada por la pandemia del coronavirus, de acuerdo a todas las fuentes cercanas a las negociaciones.
Si es aproximadamente un calendario de 50 partidos sin aficionados, entonces los dueños están de acuerdo con pagarles a los jugadores el ciento por ciento de sus salarios prorrateados del 2020.
Sin embargo, el acuerdo también contiene un lenguaje de buena fe sobre jugar tantos partidos como sea posible.
Los jugadores podrían presentar una queja contra los dueños por no estar a la altura de ese contexto, pero la resolución vendría bien después de que se juegue la temporada 2020 o no.
Y esa probabilidad parece lejos de ser segura en este momento, porque los jugadores creen que los dueños no están dispuestos a asumir todas las pérdidas, a respaldar sus reclamos de dificultades financieras y filtran información errónea, todo en un esfuerzo que el sindicato considera que mantiene al deporte del béisbol como rehén de cara al futuro de la competición.
Los protocolos de salud y seguridad propuestos por los dueños no han encontrado tanta resistencia por parte de los jugadores, quienes han propuesto ajustes al formulario de salud y seguridad.
Pero ese debate está en un camino separado del de la compensación económica, que tiene un largo camino por recorrer en un corto período de tiempo, lo más probable la próxima semana, antes de llegar a un destino de mutuo acuerdo o dar por perdida la temporada regular del 2020.
Algo que nadie desea dentro de la oficina del comisionado de las Grandes Ligas y de ahí su trabajo constate en busca de una solución, que por el momento no llega y que es urgente que se dé.