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Por: Isabel Saco
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que a pesar de los éxitos a nivel global en el control del tabaco, todavía queda mucho por hacer en los países de ingresos medios y bajos.
"Debemos mantenernos alertas frente a la industria del tabaco y sus tácticas", agregó el responsable al inaugurar la Conferencia de los Estados Parte de la Convención Marco para el Control del Tabaco, que se celebra hasta el sábado en Ginebra.
Participan en esta reunión representantes de 181 países, que en conjunto tomaron medidas que implican que el 60 % de la población mundial está cubierta por una o más de las seis estrategias contra el tabaco definidas la Convención.
Al margen de la conferencia, la industria del tabaco organizó diversos eventos para promover el cigarrillo electrónico y el tabaco calentado como supuestas alternativas menos dañinas para la salud que el cigarrillo.
La Secretaría que administra la Convención y que está albergada por la OMS, en Ginebra, considera que la ruptura de lazos con la industria tabacalera debe ser total y el director de la OMS dio ejemplo al cancelar recientemente su intervención en un evento cuando se enteró de que una compañía del sector lo estaba auspiciando.
Tedros pidió directamente a los países "hacer más para aumentar los impuestos al tabaco y aprovechar plenamente de los beneficios de esta medida, tanto en términos de vidas salvadas, como de generación de ingresos para la sanidad".
La reunión de esta semana tiene entre sus mayores objetivos que los Estados salgan convencidos de la necesidad de aumentar las tasas al tabaco, de prohibir completamente su publicidad y de resolver los vacíos legales de la Convención, que permitieron que la industria influyese de una u otra manera en las discusiones de los últimos años.
Para ello, la Secretaría propondrá medidas para impedir definitivamente que cualquiera que tenga vínculos con la industria pueda participar en las reuniones, según anticipó la jefa de la Secretaría que gestiona la Convención, Vera Luiza da Costa.
Sin embargo, las grandes firmas no esconden su malestar por el reforzamientos de las restricciones y convocó a académicos y científicos que abogan por reemplazar el cigarrillo tradicional por los sistemas modernos de emisión de nicotina.
Representantes de la industria señaló que la cuestión central de los próximos días será saber si "la OMS mantiene su hostilidad hacia el cigarrillo electrónico".
Ello debido a que la organización sanitaria está insistiendo para que los países consideren prohibir ese dispositivo y sigan así el ejemplo de los 39 países que ya lo han hecho. Da Costa fue hoy muy clara frente a las delegaciones gubernamentales, a las que advirtió de que "no es momento de ser complacientes".
"Con sus presupuestos astronómicos, la industria continúa sus frenéticos esfuerzos por debilitar la implementación de nuestro tratado", comentó, al tiempo que acusó a las compañías del sector de "ser la barrera número uno para la salud pública".
La progresión del mercado de sistemas electrónicos para la administración de nicotina fue imparable en los últimos años, con ventas mundiales que pasaron de 2.760 millones en 2014 a 8.610 millones en 2016 y una proyección de 26.840 millones de dólares en 2023.
