Siete de cada 10 personas en el continente americano están expuestas a contraer dengue, una enfermedad que este año ya supera los dos millones de casos en la región, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una conferencia sobre epidemias en La Habana.
"La transmisión del dengue en Suramérica y Centroamérica es intensa", afirmó el representante en Cuba de las organizaciones mundial y panamericana de la salud (OMS/OPS), José Moya, durante el XVI Curso Internacional sobre dengue, zika y otros arbovirus emergentes que comenzó este lunes y se extenderá hasta el 23 de agosto.
El 70 % de la población del continente "vive en condiciones propicias para la trasmisión del dengue, con tendencia al aumento", aseveró el experto, en declaraciones recogidas por la agencia estatal Prensa Latina en el simposio, al que no se permitió el acceso de la prensa extranjera acreditada en Cuba.
De los dos millones de casos registrados en lo que va de 2019 en el continente, 1,7 millones se localizan en Brasil, el país donde más daño causa este virus, mientras el riesgo de transmisión ha aumentado en otros países como Nicaragua, El Salvador, Honduras, Colombia, Guatemala o Perú.
La incidencia del dengue suele aumentar en los meses de verano, que coinciden con la época más húmeda en el Caribe, lo que facilita la proliferación del Aedes aegypti, mosquito transmisor de enfermedades como el dengue, el zika y el chikunguña.
El experto también atribuyó el auge del dengue a, entre otros factores, el cambio climático, ya que el aumento de la temperatura y la mayor frecuencia de desastres naturales minan los esfuerzos para combatir al Aedes aegypti.
Este y otro mosquito propagador de enfermedades, el Aedes Albopictus, tienen presencia en todas las regiones del continente americano excepto en Canadá y en Los Andes, según el representante de OMS/OPS.
Moya también aprovechó para lanzar un mensaje de advertencia a la población, en el que destacó la importancia de identificar de forma temprana los síntomas del dengue, como el dolor abdominal, la hinchazón de los párpados, el edema, los vómitos persistentes y frecuentes, la irritabilidad o el sangrado de las encías y de la conjuntiva.