La oftalmóloga pediatra Stephanie Vásquez detalló este miércoles que para determinar la ambliopía en niños, hay señales que los padres pueden notar como parpadear mucho y guiñar para poder ver.
Durante una entrevista en La Receta Médica, Vásquez explicó que la ambliopía es conocida popularmente como el ojo vago, aquel ojo que no está recibiendo una señal adecuada al cerebro, por lo que no desarrolla las funciones y conexiones cerebrales de manera adecuada para ver.
Al ser cuestionada sobre cómo saber que un niño tiene ambliopía, señaló que es un poco difícil de determinar a simple vista porque los niños no saben decir que están viendo mal o que no saben identificar que se puede ver mejor porque no conocen otra visión.
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“Entonces hay señales que los padres pueden notar, que es que el niño… parpadea mucho, trata de guiñar los ojitos para ver mejor o no está teniendo un buen desempeño en la escuela y los maestros estén notando esto, no necesariamente tiene que ser por hiperactividad que no presta atención, sino porque hay un problema visual”, manifestó.
De igual forma, la oftalmóloga agregó que otra señal para determinar si un niño tiene dicha condición es que tenga dolores de cabezas.
Destacó que los especialistas tienen una campaña de prevención de ambliopía para que se trate de diagnosticar de manera oportuna mediante consultas, ya que según dijo hay edades específicas para llevar a los niños al oftalmólogo.
En ese sentido, refirió que: “La primera consulta de oftalmología debe ser a los seis meses de nacidos, si es un niño que nació a término, que nació normopeso, sin ningún factor o patología asociada, pero si es un niño que nació prematuro o bajo peso, debe ser al mes, a las cuatro semanas de haber nacido”.
Stephanie Vásquez indicó que luego de la primera consulta, se debe ir al año, a los tres años, a los cinco años y a partir de ahí, se hacen consultas anuales.
En otro momento, la especialista argumentó que la ambliopía en caso de no ser tratada de forma prematura con el tiempo al no recibir una buena conexión con el cerebro podría provocar que el ojo del niño se desvié y producir un estrabismo o como se conoce ojo bizco.