La oftalmóloga y especialista en glaucoma del Instituto Espaillat Cabral, Katherine Rivera, aclaró este jueves que la presión ocular aumentada no significa que la persona tenga glaucoma, pero que sí es el principal factor para desarrollar dicha enfermedad.
“No, la presión del ojo, lo importante en este caso es saber: todos tenemos presión dentro del ojo, es normal, pero la presión tiene un nivel límite, de 10 a 21 milímetro de mercurio es lo normal de la presión… entonces cuando nosotros estamos ante a un paciente con presión aumentada ese es el principal factor que predispone a glaucoma”, manifestó al ser cuestionada sobre si dicha presión significa que se tiene glaucoma.
Durante una entrevista en La Receta Médica, Rivera sostuvo que eso quiere decir que si la persona ya tiene la presión de su ojo elevada, tiene un riego aumentado de tener la referida enfermedad, pero que también hay una condición que se llama hipertensión ocular que es la presión del ojo elevada en la que si todavía no se ha dañado el nervio no tiene glaucoma, sino riesgo de padecerlo.
“Y además aunque es el principal factor que predispone, hay glaucoma en pacientes que tiene la presión normal, que se llaman glaucoma de tensión normal, ¿qué quiero decir con esto?, que no es sinónimo presión alta de ojo con glaucoma, pero sí es un factor de riego importante, es el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma”, expresó.
La especialista hizo esa aclaración luego de indicar que el glaucoma es una enfermedad del nervio del ojo, que es el nervio óptico encargado de llevar la información de lo que una persona ve, desde lo que está delante de nuestros ojos hasta el cerebro, para que el cerebro la pueda interpretar.
“Entonces cuando este nervio se enferma por esta enfermedad, por glaucoma, empiezan a morir las células, las fibritas que forman ese nervio, el paciente va perdiendo la visión del ojo, despacio, lentamente”, precisó.
Katherine Rivera argumentó que es una enfermedad que afecta las personas de todas las edades, pero que es más frecuente en personas mayores de 40 años y que tiene un riesgo aumentado cuando la persona cumple los 60 años.
En caso de que alguien tenga antecedentes de familiares con glaucoma o ceguera, Rivera recomendó ir al oftalmólogo por lo menos una vez al año.