Garantizar salud, seguridad, comida y un techo para todos son las prioridades del presupuesto presentado este jueves por la ciudad de Nueva York, unas cuentas "de guerra" ante la crisis del coronavirus, que llegan acompañadas de un llamamiento al presidente estadounidense, Donald Trump, para que permita un "rescate" de la Gran Manzana.
Con la recaudación fiscal por los suelos como consecuencia del parón de la actividad económica, el alcalde, Bill de Blasio, anunció "dolorosos" recortes de más de 2.000 millones de dólares para tratar de equilibrar el presupuesto en el ejercicio que comienza en junio.
Según sus cálculos, Nueva York va a perder unos 7.400 millones de dólares en ingresos, una cifra "horrorosa", según admitió De Blasio, que requiere una intervención decidida del Gobierno federal.
El alcalde urgió a Washington a cubrir ese déficit al completo y advirtió de que, sin ese dinero, no se podrán garantizar las necesidades básicas de los neoyorquinos.
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"Si pueden encontrar 58.000 millones para rescatar a las aerolíneas, seguro que pueden encontrar 7.500 millones para la mayor ciudad del país", subrayó el alcalde.
El demócrata De Blasio apeló directamente a Trump, al que pidió una clara señal de apoyo a su ciudad natal para que los republicanos en el Senado den luz verde a las ayudas necesarias.
Según insistió, la ciudad ya está poniendo todo lo posible de su parte, con un presupuesto de 89.300 millones de dólares, 6.000 millones menos de la propuesta que el Ayuntamiento había hecho inicialmente en enero, 3.400 millones menos que las cuentas del último año y utilizando las reservas que había acumulado para tener unas cuentas "equilibradas".
Entre otras cosas, el presupuesto prevé que se limiten de manera drástica todas las actividades públicas y que, por ejemplo, este verano no se abran las piscinas.
De Blasio advirtió además a los neoyorquinos de que no se hagan muchas esperanzas sobre la apertura de las playas, dado el riesgo de contagio del coronavirus que plantean las enormes aglomeraciones que se ven en lugares como Coney Island.
Los recursos públicos, insistió, se dedicarán a cuestiones básicas: sanidad, seguridad, alimentación y vivienda.
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"Estas son cuatro cosas en las que la gente está pensando mayoritariamente y el Gobierno tiene que centrarse en esas cuatro cosas. Cosas que habrían sido una prioridad hace dos o tres meses no pueden serlo ahora. Cosas en las que nos gustaría centrarnos en tiempos de paz no pueden ser la prioridad en tiempos de guerra y estos son tiempos de guerra", señaló De Blasio.
El demócrata avisó además a Trump y a los republicanos de que sus deseos de volver a poner en marcha la economía cuanto antes se irán al traste si no se cubren las necesidades básicas de la población o si se precipitan y provocan un rebrote del COVID-19.
Trump, insistió De Blasio, tiene una solo oportunidad para hacer esto bien y, si se equivoca, se lamentará durante mucho tiempo.
Asimismo, el comisario de la policía de Nueva York, Dermot Shea, ofreció este jueves una videoconferencia para detallar cómo ha afectado hasta la fecha el coronavirus a las fuerzas policiales de la ciudad.
En concreto, la policía neoyorquina ha registrado 7.155 casos positivos por COVID-19 entre sus miembros, cerca de un 20 % de su plantilla y, 27 agentes han fallecido a causa del virus.
Shea también ha detallado que se calcula que han vuelto al trabajo entre 1.400 y 1.500 de los policías enfermos.
“Se empieza a ver un poco de luz al final del túnel y parece que lo peor ya ha pasado”, expresó Shea, que lamentó las pérdidas y pidió un momento de silencio.