La compañía de telecomunicaciones finlandesa Nokia obtuvo un beneficio neto atribuido de 170 millones de euros en los nueve primeros meses del año pese a la caída de las ventas, frente a los 557 millones de pérdida registrados en el mismo periodo de 2019, informó este jueves la empresa.
El beneficio bruto de Nokia entre enero y septiembre ascendió a 5.760 millones de euros, un 2,6 % más en términos interanuales, mientras que su resultado operativo pasó de los 318 millones de euros en pérdidas en los nueve primeros meses de 2019 a 444 millones de ganancia este año.
Según Nokia, la mejora de la rentabilidad se debió fundamentalmente al descenso de los costes operativos, gracias a las medidas de ahorro y a un menor gasto en amortizaciones y personal, así como al aumento del beneficio bruto.
La compañía, una de las tres grandes fabricantes mundiales de equipos de telefonía móvil junto a Huawei y Ericsson, facturó 15.299 millones de euros entre enero y septiembre, un 7,2 % menos en términos interanuales.
Nokia achacó este descenso a la caída en las ventas de redes de telecomunicación y servicios asociados, aunque en realidad todas sus divisiones tuvieron una menor facturación interanual.
Según Nokia, la pandemia de COVID-19 afectó a su negocio sobre todo por el cierre temporal de algunas fábricas, lo que tuvo un impacto en las ventas de unos 200 millones de euros, aunque el grupo cree que estas ventas no se han perdido, sino que se producirán más adelante.
Sus ingresos se redujeron en todas las regiones geográficas excepto en Oriente Medio y África, donde aumentaron un 6 %, y en Europa, zona en la que la facturación no varió y se situó en torno a los 4.720 millones de euros.
En Norteamérica, su principal mercado actualmente, las ventas descendieron un 1 %, hasta 4.830 millones de euros, mientras que las mayores caídas se produjeron en China, donde facturó 955 millones de euros (un 30 % menos), y en Latinoamérica, con 720 millones (28 % menos).
Nokia Networks, el negocio de redes de telecomunicación, facturó 11.825 millones de euros, un 7 % menos que en los nueve primeros meses de 2019, con caídas en todos sus segmentos.
Pese a ello, el aumento de sus márgenes de ganancia le permitió obtener un beneficio operativo de 431 millones de euros, frente a los siete millones de pérdidas del mismo periodo del año anterior.
Nokia Software, la nueva división que aglutina los negocios más esenciales del grupo tras la última reestructuración, facturó 1.795 millones de euros, un 5 % menos interanual, y redujo un 14 % su beneficio operativo, hasta los 246 millones de euros.
Por su parte, Nokia Technologies, responsable de gestionar su cartera de patentes y licencias, redujo sus ingresos un 8 %, hasta 1.020 millones de euros, y su ganancia operativa disminuyó en igual porcentaje y se situó en 846 millones de euros.
Estos ingresos incluyen el uso de su propiedad intelectual por terceros y las regalías procedentes de la venta de los teléfonos móviles de la marca Nokia, fabricados bajo licencia y en exclusiva por la compañía finlandesa HMD Global.
Estos son los primeros resultados financieros que presenta el nuevo presidente y consejero delegado de Nokia, el finlandés Pekka Lundmark, quien en verano sustituyó a Rajeev Suri al frente del grupo.
Coincidiendo con el cambio de máximo responsable, Nokia anunció la enésima reestructuración de su organización, que a partir del próximo enero contará con cuatro divisiones: Mobile Networks (redes móviles), IP & Fixed Networks (IP y redes fijas), Cloud & Network Services (servicios para "nube" y redes) y Technologies.