Nicaragua está poniendo en riesgo su acceso a la financiación multilateral ante el posible uso indebido de los préstamos en el marco de la crisis sociopolítica que vive este país y que ha dejado cientos de muertos desde abril, advirtió este lunes la saliente embajadora estadounidense en Managua, Laura Dogu.
"Nicaragua también está poniendo en riesgo su acceso a financiamientos multilaterales", sostuvo la diplomática en un discurso de despedida ante miembros de la Cámara de Comercio americana en Nicaragua (Amcham) en Managua.
"Los Estados Unidos y otros socios regionales están, con toda razón, preocupados por la corrupción del régimen del presidente (Daniel) Ortega, el desprecio por la transparencia fiscal y el posible uso indebido de los préstamos", señaló.
Agregó que "ninguna institución internacional quiere ver que su dinero financie la violencia y la represión".
"Muchos préstamos ya han sido suspendidos o reducidos. Sin una solución política a la crisis, Nicaragua podría estar renunciando a todo futuro financiamiento multilateral por un tiempo indefinido, o cual traerá duras consecuencias", alertó.
Nicaragua vive desde abril una crisis social y política que ha generado protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega y un saldo de entre 325 y 528 muertos, según organismos de Derechos Humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 199 los fallecidos.
Dogu precisó que en 2017 las instituciones multilaterales financiaron el 24 % del presupuesto de Nicaragua y proporcionaron el 60 % de toda la ayuda externa destinada a beneficiarios no gubernamentales, un monto que totalizó 770 millones de dólares.
"Hoy, cuando inversionistas actuales y potenciales piden consejos a la embajada, nuestra respuesta es que Nicaragua carece de las instituciones democráticas necesarias para un crecimiento económico sostenible", remarcó
"Instituciones públicas muy débiles, las deficiencias en el Estado de Derecho y la administración de justicia y el extenso control del Ejecutivo han exacerbado significativamente los desafíos existentes para aquellos que actualmente hacen negocios en Nicaragua", continuó.
Para la diplomática, los inversionistas deben estar conscientes de los riesgos físicos, financieros y de reputación empresarial de hacer negocios en Nicaragua "y deben tener mucho cuidado".
"Con nicaragüenses enfrentando sanciones, los inversionistas también deberán ejercer mucha diligencia para evitar participar en transacciones comerciales o financieras prohibidas", anotó Dogu.
Aseguró que ha visto campañas en su país "preguntando a las empresas por qué están comprando productos de Nicaragua" y comparó esas campañas a los "diamantes de sangre" que provienen de África.
"Este problema de la reputación no cambiará mientras el actual Gobierno permanezca en el poder", vaticinó.
Además, añadió Dogu, la decisión del Gobierno de Ortega de etiquetar a manifestantes pacíficos como "terroristas, asesinos y golpistas" causará a las empresas y empresarios muchos problemas.
La mayoría de las pólizas de seguro tienen una exclusión de terrorismo, lo que aumenta dramáticamente el costo de hacer negocios en Nicaragua, explicó.
Los viajeros nicaragüenses también estarán sujetos a un escrutinio adicional para identificar a terroristas y asesinos, agregó.
"Cualquier persona que haya vivido aquí los últimos seis meses sabe que no hay grupos terroristas no estatales en Nicaragua, pero las personas fuera de la región que no siguen la situación con cuidado tomarán estas palabras en serio", observó.
Asimismo, anotó que las alertas de viaje que comparte su país con el público no cambiarán pronto.
"La amenaza de que los turistas o viajeros puedan ser acusados de terrorismo o financiamiento del terrorismo es demasiado grande. Las alertas de viaje del Gobierno de los EE.UU. y de otros Gobiernos deben incluir todo tipo de amenazas, no solo amenazas físicas", razonó Dogu, quien finaliza este lunes su misión de tres años en Nicaragua.