Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos, registró un aumento del 2 % en las muertes por sobredosis no intencionadas el año pasado, hasta 1.487, y por primera vez la sustancia detectada más frecuente (57 %) fue el fentanilo, un potente opiáceo sintético.
Según un informe que publica este mes el Departamento de Salud local, la epidemia de opiáceos que atraviesa el país también se observa en la gran urbe, aunque en este caso su ritmo ha bajado, puesto que las muertes por sobredosis de este tipo aumentaron un 51 % entre 2015 (942) y 2016 (1.425).
Se trata del séptimo año consecutivo que sube esta cifra, desde las 541 muertes que hubo en 2010, y por primera vez la droga más común ha sido el fentanilo, que ha desplazado a la heroína, presente en el 52 % de los fallecimientos, y a la cocaína, en el 49 %.
Asimismo, el informe desgrana que después de once años, los neoyorquinos de raza negra tuvieron en 2017 la tasa más alta de muertes por sobredosis, en comparación con blancos e hispanos. Los dos barrios más afectados se encuentran el sur de El Bronx.
El comisario de salud en funciones, Oxiris Barbot, señaló en un comunicado que la epidemia de sobredosis continúa en Nueva York pero está "cambiando la historia de los afectados", y destacó que "la tasa de aumento se ha ralentizado".
A este respecto, las autoridades destacaron el impacto de un plan local lanzado en marzo de 2017 que incluyó la distribución por la ciudad de 139.000 kits de prevención que incluían naloxona, un antídoto contra la sobredosis, y la preparación de médicos y farmacéuticos para estos casos específicos.
Además, Nueva York realizó campañas mediáticas para difundir la prevención de la sobredosis y el tratamiento de la adicción, y creó una aplicación móvil que enseña a reconocer los síntomas e informa de la farmacia más cercana donde obtener naloxona sin prescripción médica.