Foto: Janisse Del Villar
En mi trayectoria profesional, en cada entrevista que hago, conozco muchas historias, unas más fuertes que otras, pero la mayoría interesantes. Siempre recuerdo el caso de una joven llamada Laura, que trataba de convencerme para que le diera el empleo. Sin embargo, en lo personal me parecía que Laura estaba tratando de ocultar algo, de lo cual ella no tuvo control. Siguiendo mi intuición en la entrevista, luego de más de 45 minutos de conversación, y ya con la candidata un poco más tranquila y relajada, conseguí apertura de su parte y la suficiente información para entender que había sido víctima de mobbing, por parte de sus supervisores en su último empleo.
Quizás no conozcas el término, pero es más común de lo que imaginamos y todos los que hemos sido empleados, de una forma u otra, en un momento de nuestras vidas, probablemente hayamos sido o estemos siendo víctimas de mobbing, también llamado “Acoso laboral”.
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En palabras llanas, se llama mobbing a las situaciones a que se puede ver sometido un empleado, ya sea por parte de sus compañeros de trabajo o supervisores. Consiste en una serie de actos menores, que recurrentemente se convierten en maltrato psicológico, con la finalidad de eliminar la víctima, destruir su salud, sus habilidades, competencias, capacidades y que abandone la empresa.
Algunos ejemplos de esto son situaciones que se ven normales, pero que son dañinas para la salud emocional del empleado, como estas:
- Se crean falsos rumores sobre la víctima.
- Aislamiento de la víctima.
- No reconocen o minimizan sus esfuerzos y logros.
- Exageran sus fallos y errores.
- Entre muchas más similares a estas.
Para que sea considerado mobbing, según Hans Leyman, profesor de la universidad de Estocolmo, pionero en el estudio del mobbing en la década del 1970, deben darse tres condiciones: primero, los actos han de ser hostiles; segundo, se vienen produciendo por más de seis meses; y tercero, se repiten en forma sistemática (al menos una vez por semana).
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En la mayoría de las ocasiones, las víctimas de mobbing son personas de uno de estos tres grupos:
1) Las personas que llegan con nuevas formas de ver las cosas, que creen en el cambio y que son eficientes y sobresalientes en todo lo que hacen.
2) Las personas que tienen alguna condición física, que son consideradas vulnerables.
3) La persona que tiene más capacidades que las que otro cree tener y representa una amenaza.
Entre las características más comunes de un acosador laboral están: egoísta, manipulador, mentiroso, envidioso, inseguro y perverso.
El Código laboral dominicano, en el art. 97, contempla las causas de dimisión y entre estas están muchas de las acciones que se consideran actos de mobbing, por lo que si te sientes afectado/a lo más probable es que puedas ejercer tu derecho a dimisión con el amparo de la ley laboral de nuestro país.
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