Extender la moratoria al pago de la deuda pública de algunos países, recapitalizar los bancos de desarrollo nacionales y regionales o declarar las remesas como un servicio esencial fueron algunas de las ideas discutidas este martes por ministros de Finanzas de todo el mundo para impulsar la recuperación tras la pandemia en los países más vulnerables.
El encuentro, virtual, sirvió para avanzar en las conversaciones que deben cristalizar este mes en un “menú de opciones” concreto que abordarán los jefes de Estado y de Gobierno en una cumbre prevista para el próximo 29 de septiembre, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU, sobre la financiación de las políticas de desarrollo.
“Tenemos que tomar medidas hoy para sentar las bases de la recuperación de esta crisis”, señaló la vicesecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, quien encabezó la cita junto a Canadá y Jamaica, los dos países que están impulsando este proceso.
Bajo la invitación de la ONU y esos dos países, ya se reunieron el pasado mayo líderes de todo el mundo para discutir las nuevas necesidades de financiación para las políticas de desarrollo en el contexto de la pandemia y para buscar respuestas colectivas.
Ahí se identificaron seis grandes áreas de actuación, en las que se ha venido trabajando en los últimos meses y que este martes repasaron los ministros de Finanzas.
Entre las cuestiones que están sobre la mesa figura la extensión durante un año más de la suspensión temporal del servicio de deuda de los países más pobres acordada ya por el G20 o que ésta se amplíe para Estados de ingresos medios.
También se discutió la idea de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haga una emisión de derechos especiales de giro, su moneda nominal, para apoyar a los Estados más necesitados o la creación de fondos para asistir a países dependientes del turismo y otros con problemas de liquidez.
Además, a más largo plazo se están estudiando posibilidades como condonaciones de deuda a cambio de progresos en materia de desarrollo o clima o el uso de tecnologías para combatir los flujos financieros ilícitos que restan fondos que podrían invertirse en esos ámbitos.
Una de las grandes preocupaciones actuales de Naciones Unidas es que la crisis derivada de la pandemia deje sin recursos a las políticas de desarrollo e impida que se cumpla la Agenda 2030, la gran estrategia contra la pobreza y para la protección del medio ambiente.
“Con la continuación de las medidas de confinamiento, fronteras cerradas, deudas que se disparan y recursos fiscales en caída, la pandemia nos está empujando a la peor recesión en décadas, posiblemente incluso a una depresión, con consecuencias terribles para los más vulnerables”, señaló Mohammed.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, destacó que la crisis está afectando sobremanera a los mercados emergentes y defendió que la pandemia está dejando la lección de que es necesaria más inversión social.
“Tenemos que reconocer que esta crisis nos está diciendo que debemos construir resiliencia para el futuro invirtiendo en educación y capacidad digital en todas partes, en capital humano, en los sistemas de salud, en los sistemas de protección social de los países, asegurando que las otras crisis que tenemos ante nosotros, como la climática, están bien integradas”, señaló.