Por: Víctor Martí
Lionel Messi celebró su partido 700 con el Barcelona con otra exhibición. Dos asistencias y un tanto del argentino que noquearon al Borussia de Dortmund (3-1) y clasificaron al equipo azulgrana a los octavos de final de la Liga de Campeones como líder del Grupo F.
No era un partido más para el argentino. No sólo por lo que se jugaba su equipo, en una espiral de dudas tras un inicio de temporada irregular, sino por alcanzar una cifra redonda con el club con el que debutó en lo más alto un 16 de octubre de 2004.
En su partido 700, Messi compartió ataque con Luis Suárez, su amigo inseparable dentro y fuera del césped, y Ousmane Dembélé. Un invitado que dejó en el banquillo a Antoine Griezmann.
Con el permiso del rosarino, el 'mosquito', con más ganas que solvencia en sus acciones, fue el más activo en los primeros 26 minutos. Ese fue el tiempo que duró en el césped. Otra lesión, la tercera en lo que va de temporada de Ousmane, que dejó el césped descalzo y cabizbajo.
Entró Griezmann y el Barça tardó tres minutos en abrir la lata, pero los protagonistas fueron Messi y Suárez, que en el minuto 22 ya se encontraron con un gol del uruguayo que el VAR anuló correctamente.
En un equipo que pasa por un bache de juego, se han convertido en un comodín para Valverde. Poco importa el juego posicional. Con una recuperación de balón rápida y una transición finalizada por una de las dos estrellas tiene suficiente el Barcelona para sobrevivir en la Liga y en la Liga de Campeones.
Así llegó el primer gol. Messi se hizo con el balón tras un rebote en la frontal del área y asistió a su amigo. Servicio de gol número 31 en la Liga de Campeones. No fue el único de la noche para el argentino.
Cuatro minutos tardaron en conectar de nuevo la pareja uruguayo-argentina, aunque en el segundo tanto se intercambiaron los papeles. De Jong recuperó el balón, conectó con Suárez y éste le dio el segundo al ’10′, que se quedaba a un tanto de los 700 que ha anotado en el Barcelona (613) y en la selección argentina (86).
El Borussia se convirtió en la víctima número 78 de los 87 equipos a los que se ha enfrentado. O lo que es lo mismo: Messi ha visto portería ante un 89% de los rivales contra los que ha jugado.
En estos 700 partidos, el rosarino ha transformado 613 dianas, con una media de 0,87 por encuentro. Con Leo en el campo, el Barça lo ha agradecido en los últimos 15 años. Su equipo ha ganado 495 encuentros (70,71%), ha empatado 128 (18,28%) y ha perdido 77 (11%).
Esta noche Messi disputó su partido número 140 en la Liga de Campeones, con un balance de 114 goles y 32 asistencias. La última de ellas fue el tercer tanto con el que el Barça sentenciaba el partido (min.67). Fue de nuevo en una transición rápida. El crack de Rosario condujo el balón hasta en la medular y se inventó un pase profundo a Griezmann, que no falló.
Victoria por 3-1 y clasificación matemática para el Barcelona, que sigue sin convencer pero tiene a Messi, que, desde que debutó con 17 años en un derbi contra el Espanyol en Montjuïc, tiene al alcance de su mano superar los registros de longevidad que todavía atesora Xavi Hernández, que disputó 767 partidos con la elástica azulgrana.