El epidemiólogo Carlos Féliz Cuello aclaró este miércoles el incidente que vivió junto a su esposa, la periodista Altagracia Ortiz, con una patrulla mixta de la Policía Nacional y el Ejército el pasado domingo 25 de noviembre a las 8:35 de la noche, donde un raso les disparó a los neumáticos.
Féliz Cuello hizo la explicación porque el periodista Álvaro Arvelo dijo en El Gobierno de la Mañana que los agentes querían revisar el vehículo porque supuestamente había pasado dos veces por el frente de la casa del presidente de la República, Danilo Medina.
El médico le pidió a Arvelo que retirara lo dicho puesto que su vehículo ese día solo se movió hacia Boca Chica, Supermercado Nacional y a una carnicería. Arvelo reconoció que se equivocó y pidió excusas al médico, quien dijo aceptarla con humildad.
El hecho
El encargado del Programa de Vigilancia, Control y Prevención de Infecciones Intrahospitalarias del Hospital Robert Reid Cabral explicó que ese día recibieron luces intermitentes de una patrulla mixta por la avenida Anacaona, por lo que procedieron a detenerse pero en un lugar más claro.
Contó que ambos se bajaron del vehículo y se presentaron ante un raso y un sargento, y les preguntaron por qué los detienen y qué tipo de infracción cometieron. Los agentes le indicaron que les den los papeles del vehículo y que necesitan revisarlo.
El especialista dijo que le entregó su licencia de conducir pero estos insistieron en que les den los demás documentos y que deben revisar el vehículo, ellos les volvieron a cuestionar por qué deben revisar y qué infracción cometieron.
Después salió un señor vestido de civil del mismo vehículos que se bajaron el raso y el sargento; se trataba de un teniente, que tenía a su cargo la patrulla. Este preguntó qué pasa, ellos le explicaron los mismos que a los demás agentes, pero el teniente les dijo lo que deben revisar el vehículo porque están en un operativo y el vehículo está tintado.
El médico como la periodista le dicen que si estuvieran haciendo realmente un operativo el procedimiento sería otro y habría más agentes para controlar el tránsito.
Ante la insistencia de los agentes, Altagracia Ortiz llama a un coronel para explicarle la situación y lo pone al teléfono con el encargado de la patrulla para indicarles quiénes son ellos, pero aún así, el teniente no desistió y reiteró que necesitaban revisar el vehículo.
"Al nosotros ver la actitud de ese oficial, incluso le entregamos nuestras cédulas, dijimos, ¡ah! Pues esta patrulla no quiere revisar nada o si quiere revisar es par ponernos un gancho", expresó durante su intervención en El Gobierno de la Mañana.
Por tal motivo, les comunicaron a los agentes que no van a permitir que los revisen ahí, que si quieren, que ellos irán al destacamento que está en Cayetanos Germosén para hacerlo en ese lugar.
Relató que la patrulla los siguió casi provocando un accidente. Una vez que llegaron a la avenida Luperón con esquina avenida de la Salud, se detienen porque el semáforo está rojo. En ese momento llegan los agentes y se ponen delante de ellos bloqueando el paso y diciéndole a los otros conductores que cuando el semáforo cambie a verde, no crucen porque están siguiendo al doctor y a la periodista porque están huyendo.
En eso, el raso se pone al lado de la puerta del médico y le toca el cristal para que abra la puerta, el teniente se colocó al lado de la puerta del copiloto, donde estaba su esposa y el sargento se pone frente al carro
El galeno indicó que cuando el semáforo cambió, los demás conductores se fueron, él también y el razo disparó dándole en la goma del vehículo, haciendo que casi perdiera el control del volante.
Pero aún así, no decidieron detenerse porque el lugar estaba oscuro; lo hicieron después en un puesto de chicharrón donde habían médicos y un fiscal.
Luego llegaron los agentes y el raso le dijo que está preso y le iba a poner las esposas, algo que no permitió que sucediera porque no era un delincuente. Las personas que presenciaron el hecho le preguntaron a los agentes qué pasa y reiteraron que deben revisar el vehículo y que necesitan los papeles.
Al lugar llegaron otras seis patrullas con más agentes y también un mayor y teniente encargado de la zona, quienes le pidieron excusa por lo sucedido y le ayudan a cambiar la llanta afectada por el disparo.
Pero aún con los jefes ahí, el raso de la patrulla que los detuvo se negaba en devolver la licencia de conducir y la botó en un vehículo. Lograron recuperarla porque una mujer la encontró y se la entregó.