Más de 28 millones de años de vida adicionales se perdieron en 31 países de renta media-alta y alta durante el año pasado, según un estudio, el cual señala que se produjeron más muertes prematuras de las previstas, con una mayor tasa en los hombres que en las mujeres.
Para comprender el impacto de la pandemia de covid-19 en toda su extensión es necesario no solo contar el exceso de muertes (diferencia entre las cifras observadas y las esperadas de muertes por todas las causas), sino también analizar cómo de prematuros son esos fallecimientos.
Los años de vida perdidos (AVP) miden tanto el número de muertes como la edad a la que se producen, por lo que constituyen una evaluación más detallada del impacto de la pandemia en las poblaciones, indica un estudio que publica hoy British Medical Journal.
Un equipo internacional liderado por la Universidad de Oxford comprobó, además, que el exceso de años de vida perdidos asociados a la pandemia en 2020 fue más de cinco veces mayor que los vinculados a la epidemia de gripe estacional de 2015.
El estudio indica que de los 37 países analizados (el único latinoamericano es Chile y no hay ninguno africano) solo no se produjeron más muertes prematuras de las previstas en Taiwán y Nueva Zelanda.
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En Dinamarca, Islandia, Noruega y Corea del Sur no hubo evidencias de un cambio en los años de vida perdidos.
En los 31 países restantes se contabilizaron, en total, más de 222 millones de años de vida perdidos en 2020, lo que supone 28,1 millones más de lo previsto, de ellos 17,3 millones en hombres y 10,8 millones en mujeres.
Los mayores excesos de años de vida perdidos por cada 100.000 habitantes fueron en Rusia (7.020 en hombres y 4.760 en mujeres), Bulgaria (7.260 en hombres y 3.730 en mujeres), Lituania (5.430 en hombres y 2.640 en mujeres) y Estados Unidos (4.350 en hombres y 2.430 en mujeres).
En general, el exceso de años de vida perdidos por la pandemia en 2020 fue más de cinco veces mayor (2.510 por cada 100.000) que los asociados a la epidemia de gripe estacional en 2015 (458 por cada 100.000).
El equipo comparó la esperanza de vida observada y los años de vida perdidos en 2020 con los que cabría esperar según las tendencias históricas en 2005-2019 en 37 países de renta media-alta y alta.
Entre 2005 y 2019, la esperanza de vida al nacer aumentó tanto en hombres como en mujeres en todos los Estados estudiados.
Sin embargo, el año pasado se produjo una disminución en la esperanza de vida para hombres y mujeres en todos los países excepto Nueva Zelanda, Taiwán y Noruega, en los que hubo un aumento, mientras no se encontraron evidencias de cambio en Dinamarca, Islandia y Corea del Sur.
El mayor descenso en la esperanza de vida (en años) durante 2020 se produjo en Rusia (-2,33 años para los hombres y -2,14 para las mujeres); Estados Unidos (-2,27 hombres y – 1.61 mujeres); Bulgaria (-1.96 y -1.37) y Lituania (-1.83 y -1.21).
El descenso en Chile fue de -1,64 años para los hombres y -0,88 para las mujeres y en España -1,35 y -1,11, respectivamente.
Los resultados coinciden en gran medida con los de estudios anteriores, y su uso de datos nacionales de mortalidad autorizados, junto con un enfoque analítico validado, sugiere que estos son sólidos, señalan los autores.