Asimismo, han arrojado piedras y materiales incendiarios para provocar nuevos incendios en el interior del complejo, protegido por los guardias de seguridad estadounidenses, según constató un fotógrafo de Efe\Epa.
Los guardias se han enfrentado a los manifestantes y han empleado métodos antidisturbios, según el fotógrafo, y al menos 20 de los asaltantes resultaron heridos por los gases lacrimógenos y disparos de bala, según dijo la Multitud Popular en su cuenta de Twitter sin ofrecer más detalles.
Mientras, las fuerzas de seguridad iraquíes se han dirigido a la sede diplomática varias horas después de que fuera asaltada, pero de momento no han intervenido debido al gran número de manifestantes comparado con el número de efectivos.
Por su parte, el primer ministro dimisionario y comandante de las Fuerzas Armadas de Irak, Adel Abdelmahdi, pidió a los manifestantes que se retiren "inmediatamente" de la zona, según un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias INA.
Abdelmahdi aseveró que "cualquier ataque contra embajadas y misiones diplomáticas va a ser impedido y castigado severamente".
Los manifestantes han izado banderas de la Multitud Popular y han coreado lemas como "muerte a Estados Unidos", además de escribir en la puerta principal de la legación "cerrado por orden del pueblo".
También han llamado a acampar a las puertas de la Embajada y han arremetido contra el primer ministro por permitir el ataque contra las milicias y han desoído sus llamamientos a retirarse de la zona.
Según una fuente del Ministerio del Interior iraquí que pidió el anonimato, ni el embajador ni funcionarios estadounidenses se encuentran dentro del edificio.
Los manifestantes se dirigieron al edificio después de participar en los funerales de las víctimas de los bombardeos estadounidenses contra posiciones de la milicia chií Kata’ib Hizbulá (KH), que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular, que informó de que 25 de sus hombres fallecieron en el ataque del domingo.
Este martes, el Gobierno iraquí ha decretado tres días de luto por las víctimas mortales, a las que se suman unos 50 heridos.
Según el Pentágono, el ataque estadounidense responde al lanzamiento de cohetes y proyectiles contra bases militares e instalaciones con presencia norteamericana, que Washington atribuye a las milicias chiíes.
El pasado día 27, un contratista norteamericano murió en uno de esos ataques contra la base militar K1 de Kirkuk (norte), siendo la primera víctima mortal en este tipo de incidentes en los últimos meses.
EE.UU. envía tropas
El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, anunció este martes el envío de "fuerzas adicionales" para apoyar al personal de la embajada estadounidense en Bagdad, tras el asalto de cientos de simpatizantes y miembros de milicias chiíes a la legación diplomática en la capital iraquí.
"Hemos tomado medidas apropiadas de protección para asegurar la seguridad de los ciudadanos, personal militar y diplomáticos de EE.UU. en el país, y garantizar nuestro derechos a la defensa propia", aseveró Esper en un comunicado.
A tal efecto, agregó el jefe del Pentágono, ha aprobado "el envío de fuerzas adicionales para apoyar a nuestro personal en la embajada".
Por su parte, un portavoz del Departamento de Estado explicó en una nota que el personal de la embajada "está segura" y rechazó que haya habido "irrupción" en la legación diplomática.
Pocas horas antes, el presidente estadounidense, Donald Trump, acusaba a Irán de "orquestar" el asalto contra la embajada, que tuvo lugar menos de 48 horas después de que Estados Unidos bombardeara posiciones de las milicias progubernamentales Multitud Popular, a las que acusa de recibir apoyo de Teherán.
"Irán mató a un contratista estadounidense, hiriendo a muchos. Respondimos con contundencia, y siempre lo haremos", agregó Trump en su cuenta de Twitter, en referencia al incidente que llevó a EE.UU. a lanzar los ataques del domingo.
El Pentágono aseguró que su actuación "defensiva" respondía a la muerte el pasado día 27 de un contratista norteamericano por el impacto de proyectiles en la base militar K1 de Kirkuk, en el norte de Irak, siendo la primera víctima mortal causada por el lanzamiento de cohetes contra instalaciones donde hay presencia estadounidense en suelo iraquí.
Washington responsabiliza de ello a las milicias chiíes y, en concreto, a Kata’ib Hizbulá (KH), que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular.
Partidarios e integrantes de esas agrupaciones armadas acudieron este martes a la embajada estadounidense después de participar en los funerales de las víctimas del bombardeo del domingo y empezaron a trepar por los muros de la sede diplomática, y finalmente consiguieron acceder a una parte del complejo.
Asimismo, han izado banderas de la Multitud Popular y han coreado lemas como "muerte a Estados Unidos", además de escribir en la puerta principal de la Embajada "cerrado por orden del pueblo".
Los manifestantes aseguraron que permanecerían acampados a las puertas del edificio, pero a última hora del martes su número ha disminuido y no han levantado tiendas de campaña en la zona, excepto algunas que plantaron a mediodía, según una fuente del Ministerio de Interior iraquí.