El gobernante venezolano, Nicolás Maduro, ofreció este viernes una rueda de prensa para reiterar su denuncia de que existe un golpe de Estado en su contra y aunque no descartó ir a un diálogo dijo que la Fuerza Armada y el "pueblo" deben ejercitarse ante un potencial conflicto armado.
Las declaraciones son parte de la reacción de Maduro ante el anuncio que hiciera el miércoles pasado el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, quien anunció que a partir de ese día se atribuye las competencias del Ejecutivo como presidente interino.
Para Maduro, el jefe del Parlamento es un "agente de los gringos" que incluso fue "formado" por Estados Unidos y fueron los representantes de ese país quienes "lo metieron en la política".
"Lo sé y va a cumplir órdenes de ellos, no tiene capacidad de pensar él", dijo Maduro.
Sin embargo, aseguró que "siempre ha habido canales de comunicación" y que está comprometido con el diálogo, "a pesar de las recientes acciones de la oposición venezolana y la injerencia extranjera".
Afirmó que espera que "más temprano que tarde la oposición salga de la trampa en que los metieron y se una al diálogo razonable".
Pese a la apertura al diálogo -que Guaidó condicionó a la salida de Maduro de la Presidencia- el gobernante no descartó la posibilidad de que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y el pueblo enfrenten una potencial invasión estadounidense y por ello anunció que entre el 10 y el 15 de febrero se harán ejercicios militares.
Señaló que todo aquel que quiera "patria" debe prepararse para defenderla y aseguró que con estos ejercicios la FANB va a "la etapa más elevada y superior" que haya tenido nunca la institución castrense.
Asimismo, exhortó a los militares a plantarse valientemente ante el potencial enemigo.
"Nadie respeta a los débiles, a los traidores, a los cobardones, a los que dudan (…) aquí se respeta a los fuertes, a los valientes, a los que se plantan, a los corajudos, a los que portan el uniforme glorioso con honor y están dispuestos a cumplir su juramento con su propia vida", dijo.
Este comentario fue reforzado más tarde por el jefe de la progubernamental Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, quien dijo que su país se convertirá "en uno y mil Vietnam" si llegara a ser invadido por Estados Unidos.
"Tengo que serles franco, lo único que queda es la invasión norteamericana", dijo Cabello ante cientos de seguidores de Maduro en el occidente del país.
Asimismo, Maduro celebró la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU prevista para este sábado sobre la situación en Venezuela, y aseguró: "es lo que quería" al tiempo que agradeció que el jefe de la diplomacia de EE.UU., Mike Pompeo, se le hubiese "adelantado" en la petición.
"Bienvenido el debate, bienvenido, es lo que queríamos", dijo Maduro en la rueda de prensa, que ofreció desde la sede del Gobierno en Caracas.
"Estuve a punto de decirle al canciller (Jorge Arreaza) ¡pide un debate en el Consejo de Seguridad!, se me adelantó Mike Pompeo, gracias Mike (…) porque vamos a poder llevar toda la verdad de los artículos constitucionales, del golpe de Estado", dijo.
En este encuentro con medios Maduro también reaccionó contra España y Colombia.
Dijo que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, parece "repetir el guión" del ex jefe del Ejecutivo José María Aznar (1996-2004) "apoyando el golpe de Estado" de 2002 con su apoyo a Juan Guaidó.
Además, calificó al ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, como un hombre con "la lengua destemplada" luego de que este exigiera "una intervención" de la Unión Europea "para que haya elecciones libres, democráticas y con garantías" en Venezuela y de ese modo "evitar que la cosa vaya a peor".
Por eso, Maduro dijo que Venezuela se planta "frente a España como siempre" y los conminó a irse del país "con su embajador y su personal".
También se burló de que EE.UU. haya ofrecido 20 millones de dólares en ayuda humanitaria que serán enviados al país a través de Guaidó, y aseveró que Colombia solo podría aportar "cocaína" si pretendiera hacer lo mismo.