Por Antonio Torres del Cerro
Los chalecos amarillos en 2018, la crisis de la covid entre 2020 y 2022 y la guerra de Ucrania este año. A pesar de que sus políticas hayan disgustado a buena parte del electorado, Emmanuel Macron ha consolidado una imagen de "presidente de las crisis" que le impulsa en los sondeos a un mes de las presidenciales.
El actual jefe de Estado, que oficializó su nueva candidatura hace diez días, al filo del límite legal, ha subido entre 6 y 7 puntos desde el recrudecimiento de la invasión rusa en Ucrania, casi doblando el porcentaje de su inmediata competidora, la ultraderechista Marine Le Pen.
Con un 30,5 % de las intenciones de voto, de acuerdo con el último sondeo de Ipsos-Sopra Steria, el mandatario galo pasaría a la segunda vuelta sin sobresaltos, muy por delante de Le Pen y de Éric Zemmour (13,5 %) -otro candidato ultra-.
Para el director general de Ipsos, Brice Teinturier, la progresión de Macron, quien en los sondeos de popularidad tiene más evaluaciones negativas (60 %) que positivas (40 %), se debe sobre todo a una acumulación de crisis, la última de ellas la guerra en Ucrania.
"Vemos una cierta inquietud de los franceses que le puede beneficiar, pero sobre todo se nota un reconocimiento hacia Macron como un presidente que tiene capacidad de afrontar crisis", indicó Teinturier, en declaraciones a Le Parisien.
Le Pen, la principal adversaria de Macron, criticó este domingo la postura de su rival: "Se sirve de la guerra para provocar miedo y pienso que el medio le beneficiará, no me gusta nada ese tipo de manipulaciones de la opinión pública", censuró en el canal BFM TV.
La líder de Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) acusó además al actual presidente de abusar de su función para tener más visibilidad que el resto de aspirantes presidenciales.
"Usa locales del Elíseo para grabar vídeos de campaña, son medios deshonestos y responden al desprecio mostrado por Macron hacia el pueblo francés", censuró.
DIPLOMACIA FRENTE A LA GUERRA
Sin embargo, los electores han reconocido el esfuerzo del mandatario en los últimos meses. Macron viene centrándose en el frente diplomático desde el agravamiento de las tensiones entre Rusia y Ucrania, a finales de 2021.
Un par de semanas antes del ataque de la Rusia de Vladímir Putin, Macron llegó a desplazarse a Moscú para intentar frenar la escalada. Y una vez en plena contienda, ha mantenido un contacto telefónico regular con Putin para obtener un alto en fuego, en vano, de momento.
El candidato Macron apenas ha realizado actos públicos electorales, el primero lo celebró el pasado lunes en Poissy, en las afueras de París, en una suerte de debate ante 250 participantes, la mayoría afines al partido presidencial, el centrista La República en Marcha (LREM).
Este sábado, en Marsella, en el que iba a ser el gran primer acto de campaña, Macron alegó falta de agenda por sus compromisos diplomáticos y se ausentó, dejando el protagonismo al portavoz del Gobierno, Grabiel Attal, y al ministro del Interior, Gérald Darmanin.
Sin embargo, la propia LREM y los oponentes del presidente-candidato reconocen que una elección "no se gana antes disputarse". Muchos han recordado la derrota inesperada de Edouard Balladur, que los sondeos le daban en el segundo turno por delante de Jacques Chirac en 1995, o el revés de Giscard d’Estaing en 1981 frente a François Mitterrand.
MÉLENCHON SUPERA A LA DERECHA CLÁSICA
El sondeo de Ipsos muestra otras tendencias. El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que se presenta a sus terceras presidenciales, ha escalado al cuarto lugar, con un 12 %, por delante de Valerie Pécrésse (11 %), la candidata del centro-derechista Los Republicanos, partido heredero de Nicolas Sarkozy y Chirac.
"Actualmente estoy en el buen camino para llegar a las puertas de la segunda vuelta", dijo en una entrevista al Jornal du Dimanche, Mélenchon. El disidente del Partido Socialista espera galvanizar el voto útil de una izquierda gala muy debilitada desde 2017. No lo tendrá sencillo.
Le pueden restar apoyos el ecologista Yannick Jadot (6,5 %) y, sobre todo, Fabien Roussel (3 %), del Partido Comunista Francés (PCF), fuerza que se había aliado en las últimas presidenciales en favor de Mélenchon, quien en 2017 estuvo cerca de llegar al segundo turno con un 19 % de los sufragios.