El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió este martes ante la ONU construir "un nuevo orden" mundial que no esté definido por la "rivalidad" entre EE.UU. y China, y advirtió de que los europeos "no cederán" ante el intento de Washington de restaurar las sanciones internacionales a Irán.
En un largo discurso virtual ante la Asamblea General de la ONU, Macron argumentó que la pandemia del coronavirus "debería actuar como un shock eléctrico, como algo que obliga a despertar y salvar vidas" y a replantearse una deriva global que ya tendía hacia el nacionalismo y que se ha "acelerado" con la nueva crisis.
"El mundo de hoy no puede reducirse a la rivalidad entre China y Estados Unidos, por mucho peso mundial que tengan esas dos potencias", sentenció Macron, que habló durante más de 40 minutos.
El presidente francés pronunció ese mensaje poco después de que sus homólogos de EE.UU., Donald Trump, y China, Xi Jinping, se dirigieran también a la Asamblea General y se enzarzaran en acusaciones mutuas por la crisis de la COVID-19.
"Debemos construir un nuevo orden, y eso significa que Europa tiene que asumir plenamente su responsabilidad", sin limitarse a ser "los espectadores decepcionados de una impotencia colectiva", sino comprometidos a "utilizar sus márgenes de maniobra", subrayó.
El líder francés instó a concebir las bases de una nueva globalización, "más justa, más equilibrada, más equitativa y más duradera", que integre la lucha contra las desigualdades de todo tipo y contra el calentamiento global.
Prometió hacer propuestas pronto en ese sentido, y adelantó que "África será, con Europa, el motor de esa redefinición de los términos de la globalización".
Macron se refirió también a las tensiones actuales en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde EE.UU. -tras fracasar en su intento de prorrogar el embargo de armas contra Irán- ha invocado una cláusula del acuerdo nuclear para pedir el restablecimiento de todas las sanciones internacionales levantadas con la aprobación del pacto.
"Francia, con sus aliados alemanes y británicos, mantendrá su exigencia de implementar plenamente el acuerdo de 2015 (…), y no cederá ante la activación de un mecanismo que los Estados Unidos, al salir del acuerdo, no está en situación de activar", alertó.
El presidente repasó además la situación en Libia, Mali, Siria y el Mediterráneo; y celebró la normalización de relaciones entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin.
Sin embargo, aseguró que esos acuerdos, mediados por Washington, no pueden sustituir a las "negociaciones valientes" de las que tendrá que surgir necesariamente cualquier pacto de paz entre israelíes y palestinos.
"Yo no creo en una paz que se construya sobre la hegemonía o la humillación. Y menos aún si es sobre la compensación monetaria. Porque sabemos que la humillación de un pueblo no puede compensarse con dinero", subrayó en referencia al plan de paz de la Casa Blanca, que apuesta por enormes inversiones en los territorios palestinos.