El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel desde abril de 2018, afirmó en una carta leída este miércoles durante una masiva protesta contra el Gobierno de Jair Bolsonaro que las mujeres "volverán a ser respetadas" en Brasil.
"Las mujeres de nuestra tierra volverán a ser respetadas y el odio no vencerá al amor, el miedo no vencerá a la esperanza y la grosería no vencerá a la solidaridad", dijo Lula en la carta, leída por el excandidato presidencial Fernando Haddad frente a decenas de miles de mujeres concentradas frente a la sede del Parlamento.
La manifestación, la más multitudinaria celebrada en Brasilia desde que el ultraderechista Bolsonaro asumió el poder, en enero pasado, fue convocada por mujeres campesinas, a las se unieron miles de indígenas y militantes de partidos de la oposición de izquierdas.
En su carta, enviada desde la prisión, Lula afirmó que durante su gestión y la consecutiva de Dilma Rousseff, destituida en 2016 por irregularidades fiscales, se estaba "comenzando a construir un país mejor, con inclusión social, democracia, libertad de pensar, de hablar y de organizarse".
Según el exmandatario, la "persecución política" que lo llevó a la cárcel, hallado culpable de corrupción, dio paso a "un Brasil que es gobernado por el odio y la locura de aquellos que hablan fino con los poderosos y se fingen valientes frente a los más indefensos".
Sostuvo además que "este momento difícil de hoy pasará" y "no será el fin del camino", sino apenas "una pausa en la construcción del Brasil que todos quieren: con soberanía popular, democracia, justicia, igualdad y libre de violencia".
La carta de Lula acabó con un mensaje de esperanza para los movimientos sociales, que así como el expresidente denuncian que son "perseguidos" por el Gobierno de Bolsonaro.
"Sigamos hacia adelante, sin miedo de ser felices. Las margaritas llegaron y ellos no tienen cómo detener a la primavera", afirmó.
Haddad, derrotado en las presidenciales del año pasado por Jair Bolsonaro, concluyó la lectura al grito de "Lula libre", que fue coreado por la multitudinaria manifestación, que colapsó la zona central de Brasilia sin que se registraran incidentes.
También volvió a exigir la renuncia del ministro de Justicia, Sergio Moro, quien como juez condenó a Lula a prisión en un juicio en el que, según mensajes que intercambió con fiscales durante el proceso, pudiera haber incurrido en algunas maniobras ilegales.
Esos mensajes, obtenidos por el portal The Intercept Brasil, pudieran sugerir que Moro, en su condición de juez, coordinó de alguna manera la acción de los fiscales de la operación Lava Jato contra la corrupción, lo cual está expresamente vetado por las leyes.