Violeta Jiménez

Los problemas de las burocracias

viernes 19 octubre , 2018

Creado por:

Violeta Jiménez | Foto: Kelvin de la Cruz

El modelo de Burocracia de Max Weber ha sido objeto de varias críticas a través de los años. Tanto el sociólogo Robert K. Merton en 1940 como el profesor Michael Lipsky en 1980 acusaron a la burocracia de ser un modelo inherentemente opresivo de los seres humanos a los que se supone que debe servir y de los que emplea, y el profesor de administración pública Ralph Hummel argumentó en 1977 que "es una administración racionalista motivada por una sola voluntad” y que las personas que pasan sus días inmersas en ella pierden su identidad, libertad e individualidad.

Dentro de una gestión burocrática muy limitada por la ley y el presupuesto, las normas se vuelven estáticas, la libertad de toma de decisiones se ve limitada por regulaciones estrictas, esto deja a la burocracia sin ninguna razón ni oportunidad de hacer las cosas mejor y, por lo tanto, se vuelve institucionalmente muerta y, de acuerdo al brillante economista Ludwig Von Mises, de uso primordial solo para los regímenes totalitarios.

Weber cometió el error de no contar las burocracias entre los actores involucrados en la lucha por el poder, no percibió el rol de la persecución de los intereses propios, falló al no considerar hasta qué punto las burocracias y sus participantes pueden ser partícipes en la lucha de poder tanto dentro de las organizaciones como fuera de ellas, porque aunque no todos los burócratas son políticos, los políticos son a menudo burócratas y con frecuencia están a cargo de las posiciones relevantes de poder en una burocracia.

Weber ve a un buen político como alguien que necesita heroísmo y pasión, dos rasgos que contradicen el tipo de personalidad que produce una burocracia.

La lucha por el poder a menudo puede resultar en que los burócratas se concentren demasiado en sus propias posiciones y continuidad, descuidando así sus trabajos reales. Lo mismo sucede cuando las reglas internas son tan estrictas que se convierten en objetivos en sí mismas, esto impide que el funcionario haga su trabajo o logre metas reales.

Un fallo crítico de la burocracia es su adhesión desproporcionada y conformista con las reglas que hacen que estas se conviertan en objetivos en sí mismas; y, a menudo, algunas reglas formales se aplicarían en situaciones inadecuadas con, por supuesto, resultados negativos. También sucedería que la delegación de autoridad terminaría en la creación de subunidades que tratarán de lograr objetivos diferentes a los de la organización. Estos encontronazos dentro de los organismos podrían resultar en que las organizaciones altamente burocráticas se resistan al cambio, su principal preocupación sería el control y la auto-continuidad, lo que inevitablemente daría lugar a que la mayor preocupación de la burocracia sea su propia permanencia.

Otra debilidad importante de las burocracias es que se aíslan de la evaluación o retroalimentación externa, esto resulta en una falta de responsabilidad, no responden al público, a las personas a las que sirven o a un poder mayor. En países altamente corruptos, esta falta de responsabilidad abre las puertas  a las personas que sepan cómo usar las reglas en su beneficio para volverse más poderosas, lo que resulta en que el poder pase de los líderes nominales a los más astutos.

Debe haber una forma de responsabilizar a las burocracias, no pueden ni deben tener una gran cantidad de poder de una manera completamente independiente. Los organismos encargados de crear y / o implementar políticas, ya sea una burocracia o algo más, deben rendir cuentas cuando algo sale mal con fin de asegurar que se haga más que lo mínimo requerido. El hecho de que no haya un mayor grado de autonomía es preocupante. Las políticas, como las sociedades humanas, son dinámicas. Los problemas que surgen en las sociedades difieren con el tiempo y el lugar, y es importante que los funcionarios y servidores de las burocracias puedan innovar, experimentar y asumir riesgos; Estos son rasgos valiosos para la formulación de políticas públicas.


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Violeta Jiménez

Licenciada en Derecho, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo | Especialidad en Políticas Públicas, Universidad de Bristol, Inglaterra | Estudios en Cultura Latinoamericana. Universidad Estatal de Utah.

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