La comunicación no lo arregla todo y esto es algo que muchos aún no asimilan. Hay situaciones dentro de las empresas, las organizaciones sin fines de lucro, los gobiernos y las sociedades de carácter comercial que deben ser solucionados a nivel legal y bajo un velo de estricta intimidad para proteger los intereses de los involucrados.
Las opciones son muchas, pero no las vemos. Una de ellas, en caso de que sea un proceso que esté provocando el conflicto, es el de tomar medidas para optimizarlo, mejorarlo o cambiarlo. Otra es promover un diálogo lo suficientemente abierto y claro con el propósito de buscar un acuerdo de conciliación que sea beneficioso para ambas partes. Sin embargo, esto no es lo que vemos, sino todo lo contrario.
Los medios de comunicación están repletos de denuncias de personas contra empresas, de organizaciones contra individuos; de dimes y diretes entre productores y artistas, entre ex socios comerciales y exparejas. Cada quien dando su versión de los hechos. Todos hablando sobre los procesos legales que deberían de quedarse bien guardados en los tribunales o en las mesas de negociación en las que se sientan a dialogar. Sentencias que ni deberían de salir a la luz porque nadie las comprende y situaciones que tampoco tendrían que ser comunicadas porque, en lugar de promover una solución, lo que hacen es avivar más el fuego del conflicto.
Por eso, mi consejo es que si usted quiere proteger y mantener intacta su reputación en medio de una negociación o de una litis judicial sea escueto y prudente. No hay necesidad de dar detalles, tampoco de hacerle friendly reminders a través de una cámara de televisión a la persona en cuestión para que actúe en consecuencia a lo que usted quiere.
Tampoco es recomendable ir a los periódicos, postear en Instagram, mucho menos conversar off the record con nadie sobre el caso porque no sabe cómo serán interpretadas sus palabras ni los documentos que está enseñando.
La reputación, como predicamos los estrategas de comunicación, es lo más importante que tenemos todos. No hay mayor activo ni mayor legado que ella. Por eso, en situaciones incómodas es cuando más debemos atesorarla y blindarla. Cómo se hace, pues muchos dirán que no es fácil y que es lo más complicado del mundo. No obstante, existen herramientas que nos pueden ayudar.
En primer lugar, hay que preparar una declaración base. En ella, se debe comunicar de forma transparente que nos encontramos en un proceso judicial y que, cuando este finalice, estaremos conversando acerca de los resultados. En este statement es importante agradecer el interés de las audiencias impactadas.
Como segundo punto es primordial llegar a un acuerdo sobre el cómo se manejará el proceso a nivel mediático junto con la otra parte. En este tipo de convenio debe establecerse la ausencia de cámaras dentro de las audiencias, las amenazas de voy a ir tal programa de televisión y manejar un discurso conjunto en el que se blinde la reputación de ambos.
Finalmente, y diría que esta es la mejor técnica y la más antigua, Puentear. Los públicos interesados en el tema siempre van a preguntar. Están en pleno derecho. Sin embargo, usted también está en pleno derecho de no contestar. Un “muchas gracias por el interés, por el momento el caso está siendo manejado por mis abogados”, es más que suficiente.
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